Capítulo 4

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Al parecer un serie de visitas se han agendado para mí. Un ejemplo: El castillo de Becca. Construida de piedra y más oscura que nunca, la misma escalera tallada en forma de serpiente, alrededor de las paredes exteriores, conduciéndonos a una pared en blanco. Hubo una vez, que me pregunte cómo íbamos a entrar y salir de este castillo sin puertas, pero ahora, estoy contenta con seguir el ejemplo de la Srta. Griffin. Ella lidera el camino delante de mí, a medida que subimos las escaleras, y a pesar de que es el momento menos oportuno, soy capaz de apreciar el trasero de la Srta. Griffin justo en mi cara. El disfrute es de corta duración, al detenernos a mitad de camino, con los ladrillos comenzando a desaparecer ante nuestros propios ojos.



El interior es más o menos lo mismo. Todo negro. Negro, negro, y más negro. Y allí está Becca, sentada en su trono, viéndome con esos ojos negros color carbón. La única cosa que no es exactamente lo mismo, es la extraña sensación que puedo sentir a mí alrededor. No puedo encontrar las palabras exactas para describirlo, pero se siente como si estuviera envuelta en una burbuja de plástico y algo me está aplastando desde el exterior.



"Mi querida Wanheda, ven aquí".



Me quedo quieta, con los pies plantados dentro de los límites de una gran losa de piedra. Sigo a la Srta. Griffin con mis ojos mientras sube las escaleras que conducen al trono de Becca. Está claro que algunas cosas han cambiado entre la Srta. Griffin y Becca. Por un lado, la Srta. Griffin le permite a Becca acariciar su rostro y la sonrisa de Becca me llegaría, si no estuviera tan incómoda como lo estoy ahora. Intercambian unas palabras que no puedo entender y varias veces, los ojos de Becca se encuentran con los míos. Y todas las veces que eso sucede, aparto la mirada a otro lado.



Con un movimiento de cabeza, Becca se levanta de su trono. "Sígueme."



Las sigo, cuando ellas comienzan a caminar a través de la gran sala. Una abertura en el suelo aparece de la nada y nos dirigimos por las escaleras hacia las mazmorras. Recuerdo haber estar encerrada en la habitación que usaba la Srta. Griffin en su infancia, la última vez que estuvimos aquí. En realidad, sólo han pasado un par de meses, pero se siente como si fueran años.



Llegamos a una sólida puerta de acero, que me recuerda a una bóveda. La Srta. Griffin se vuelve hacia mí, al momento que Becca gira el mango de la puerta: "Confía en mí y entra, Lexa"



Observo la profunda oscuridad más allá de la puerta de la bóveda y una punzada de miedo me golpea directo al intestino. La cuestión es que la Srta. Griffin me ha pedido que confié en ella, así que lo hare. Sin preguntas, doy un paso más allá de la puerta, hacia la oscuridad. La puerta se cierra detrás de mí con un sonido metálico y me giro alrededor, el corazón me late con tanta fuerza. ¿Por qué estoy encerrado? ¿Que está pasando?



"¡Ah!" Grito cuando algo roza mi pierna. Algo peludo. Huyo de esa cosa, tratando de encontrar la puerta. Me cierro de golpe contra una superficie sólida y doy la espalda contra ella para mantenerme a salvo de los ataques sorpresa. No tengo idea de lo que está pasando, pero solo me recuerdo a mí misma, que la Srta. Griffin no dejaría que nada me lastimara ¿cierto?.

FIFTY SHADES OF GRIFFIN 2  -CLEXA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora