FIFTY SHADES OF GRIFFIN 2 -CLEXA-

Captítulo 32

Algo se está quemando.

El Matorral Oscuro se está quemando.

Para mi horror, veo las llamas que suben en el aire, disparándose como cohetes. "¿Estamos lejos de ellos?", Pregunto a Costia, caminando de prisa por un terreno rocoso y tierra cubierta de hierba.

"Hay un largo camino por recorrer para alcanzarnos."

"¿Puedes ir a una velocidad sobrenatural?"

Costia asiente con la cabeza. "¿Me está pidiendo que la tome en brazos?"

"Si puedes hacerlo, entonces sí."

Sin decir una palabra, Costia me levanta en sus brazos y se aleja rápidamente a velocidad sobrenatural, acostumbrada ya a la Srta. Griffin. También me golpea el hecho de que la Srta. Griffin lo ha estado haciendo conmigo de una forma presuntuosa. Ni una sola vez me ha pedido permiso para "tomarme' como Costia lo acaba de hacer. Ni una sola vez.

En medio de la confusión de los árboles y arbustos que pasan, veo figuras oscuras en la distancia. Las figuras se hacen más grandes y más grandes conforme nos acercamos, y el olor a quemado comienza a irritar mis fosas nasales. Hay sonidos de peleas. Gritos, quejas, sonidos de gruñidos se reproducen a través de los árboles del Matorral y los gritos continúan. Un grito estridente particularmente me perturba, casi dándome dolor de cabeza.

"Eso fue Banshee", dice Costia.

"¿Banshee?" Pensé que sólo existían en las leyendas.

"La llamamos alma en pena porque puede decir cuando la muerte es inminente. Pero no es difícil deducir que habrán varios muertos esta noche ".

Nos detenemos detrás de unos árboles cuando Costia me pone abajo.

"Ahí está Trowtos. ¿Qué vas a hacer?", Me pregunta.

Miro alrededor de los árboles. El olor a sangre está en el aire y me enferma. Sólo quiero que todo esto termine. Ahora mismo. "Voy a caminar con Pratikan y a llamar su atención."

"¿Y?"

"Voy a jugar el resto al azar", le contesto y comienzo a caminar hasta el claro donde, bestias destrozan bestias, vampiros desgarran vampiros. Sin duda, me dirijo a donde el monstruo del enorme culo rojo está quemando todo. Junto a él hay una figura de rodillas. Mi corazón casi se detiene cuando me doy cuenta de quién es, pero sé que no puedo dejar que mis sentimientos me derriban en este momento.

Me detengo a cierta distancia del monstruo rojo que arde en llamas, le miro a los ojos y sostengo a Pratikan. "Detente, o voy a destruir la piedra."

La risa como respuesta de Ttrowtos no es alentadora, pero mantengo mi barbilla en alto.