Él, Ella, Los Dos O Ninguno(Completa)

XXVII

Ese día me desperté muy temprano pues debía ir a buscar unas que me faltaban para completar la sorpresa para mi novia, me puse un pantalón negro y una camisa negra amarrada hasta el ombligo, me puse unas botas de poco tacón y salí de la casa, era domingo por la mañana así que no habría demasiada gente en los establecimientos, no hasta el medio día.

Entre a un lugar para comprar unos listones, no quería comprar moños ya hechos para pegarlos a los regalos, seguí recorriendo tiendas para buscar un vestido.

Ania varias veces me dijo que me quería ver con vestido y tacones aunque sea una vez y que me mejor ocasión que está, su cumpleaños. No era nada buena escogiendo vestidos, la mayoría eran de colores y los que eran negros se veían muy normales, pues ya tenían sus zapatos y como y con qué usarlos.

Salí de esa tienda y seguí caminando, y mientras caminaba se me ocurrió buscar primero mis accesorios para después elegir el vestido.

Tenía tiempo la comida de Ania era hasta las 4 de la tarde y no eran de las 10 de la mañana.

- ¿Y tu novia?- escuché a una voz muy familiar y que tanto amaba atrás de mí.

- Preparándose para celebrar su cumpleaños- le respondí a Ángel cuando me di la vuelta para verlo.
- Ya quiero que te pondrás.

- ¿Te invito?- pregunte sorprendida, cómo podía tener a mi novia y al hombre que amaba al mismo tiempo.

- Sí, y me dijo que llegara temprano, por cierto si no te vas ahora se te hará tarde.

Mire mi reloj y vi que tenía toda la razón del mundo, ya eran las doce y tenía que arreglarme y terminar con los regalos de Ania.

- ¿Me puedes llevar a mi casa?- le pregunté ya ansiosa.

- Solo te llevo porque te quiero ver feliz- esas palabras me dolieron bastante, más de lo que deberían.

Lo seguí hasta su motocicleta, me subí con mis pocas bolsas, cabe mencionar que ya tenía mi vestido listo y todo preparado. Llegamos hasta mi casa, le di un beso en la mejilla y un abrazo antes de entrar corriendo a mi casa.

Corrí hasta mi habitación y saqué los dieciocho regalos de mi novia.
Mi idea era darle un regalo por cada año cumplido, envolví los cinco regalos que me faltaban; puse todos los regalos en una caja que había encontrado en el jardín de mi casa, envolví la caja de rosa, el color favorito de Ania, y le puse un listón negro para cerrarla.

Dejé la caja a un lado y vi la hora, eran casi las dos. Tome mis cosas y me metí a bañar, estaba muy nerviosa varias veces se me cayó el jabón de lo nerviosa que estaba; no sabía si mis nervios se debían a que era su cumpleaños y le estaba dando un regalo que siempre había pensado pero nunca había hecho o porque Ania y Ángel estarían en el mismo sitio.

Salí del baño y me comencé a vestir, me puse mi ropa interior para después untar crema por todo mi cuerpo, saque el vestido de la bolsa y cuando me lo puse sentí que había retrocedido hasta cuándo tenía 10 años y usaba vestidos casi todos los días, busque mis accesorios y me los puse después fui por mis tacones, creo que debí comprar unos menos altos.

Me termine de secar el cabello y daba gracias al cielo que me acababa de retocar el color, bueno mi cabello era blanco no sé si cuente cómo color.
Me maquillaje lo mejor que pude, tenía las manos temblorosas y no podía delinear mis ojos, así que baje hacía con mi mamá para pedir su ayuda, cuando me ayudó ya eran más de las 3:35 y la casa de Ania quedaba algo lejos.

- ¡Mamá no voy a llegar antes de las tres y debo llevarme la caja con sus regalos!- empecé a gritar desesperada.

- Déjame llamar a alguien para que te lleve- me dijo ella tocando mi hombro para tranquilizarme, vi como ella hablaba con alguien y me sonrió en señal que había conseguido que me llevarán-, gracias Ángel te lo agradezco mucho.

¿Enserio, Ángel me va a llevar?, Me pregunté con sarcasmo.

- Me dijo Ángel que pasa en unos cinco minutos, que también irá con Ania.

- No creo que podamos llevar la caja en su motocicleta- dije tratando de librarme de ir con él.

- Llevará el auto de su padre, entonces la caja y ustedes estarán bien- mi madre me dio un beso y salió de mi habitación.

No es que me disguste la idea de estar con Ángel solo que llegaría muy ruborizaba con Ania y sabría que sido enamorada de Ángel.

Escuche como tocaban la puerta y como mis nervios aumentaban mucho más...