XLIX

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Me fui antes que Kia al pequeño salón que había alquilado por cinco horas para asegurarme que todo esté más o menos como lo había planeado, tuve tres días para hacer todo hice mi mayor esfuerzo y puse la mayor dedicación por ver una sonrisa en la cara de mi princesa.

Vi a mi mamá hablando con de la Kia y en las manos de mi mamá mi vestido. Las dos habían mostrado desaprobación al ver lo que usaría el día que me casaría.

Recuerdo cuando le dije a mi mamá que me iba a casar, fue una reacción que no había esperado y menos aún cuando lloro al decirle el porque de mi repentino matrimonio.
Debo decir que fue uno de los momentos más aterradores pero lindo de mi vida.

- Vete a cambiar esas fachas- me ordeno mi madre molesta al ver mi aspecto.

- Tengo tiempo solo debo ver si los cinco meseros llegaron y si el pastel es del sabor que le gusta a Kia- dije tratando de huir de aquellas mujeres.

- ¡Cámbiate ya!- me gritaron las dos dejando el vestido en mis manos mientras me empujaban hacia la cocina.

- Apoco me debo cambiar aquí- mi tono sarcástico claramente no les gustó.

- Debías venir cambiada por el amor de Dios- me recordó la madre de Kia un poco fastidiada.

- ¿Y si llega alguien?

- Nosotras nos encargamos que nadie vaya a entrar- mi mano salió de la cocina junto a mi futura suegra y me dejaron sola.

Me quede un momento ahí viendo aquel vestido y cada detalle que tenía, me costó mucho trabajo encontrar un vestido que realmente me gustará y más si sabía que lo usaría el día más importante de mi vida y no solo digo que es el más importante porque me vaya a casar, si no porque después de hoy a Kia solo le quedarían semanas para ser feliz.

Me quite la ropa que traía puesta y me coloque el vestido, era un vestido hermoso y recordar que una vez use vestido por Ania pensando que ella realmente me quería, sí era algo que me llegaba a doler.
Y me alegra mucho saber que no le entregué mi virginidad.

Me puse los tacones y salí donde estaban mi madre y la de Kia, ellas al verme se taparon la boca y noté como se ruborizaban un poco.

- Falta el maquillaje y el peinado no exageren- les dije cuando me mire en el enorme espejo que estaba atrás del salón.

- ¿Quién te va a hacer todo eso?- la madre de Kia debo decir que se veía muy feliz por lo que estaba por suceder.

- Una amiga.

- ¿Gratis?- la expresión de mi madre no la entendía, era de alegría pero de enojo a la vez.

- Dice que la única condición que pone es que Kia y yo bailemos con ella cuando seamos esposas- me vi muy enamorada cuando la última palabra la dije en un suspiro.

Mi madre y la de Kia me veían extrañadas, vi como las dos se ponían frente a mí y hacían que me agachara.

- ¿Qué les pasa?- pregunte algo molesta.

- No hables, acaba de llegar Kiara- dijo su madre mientras sonreía.

Sin pensarlo salí de atrás de ellas, senti como me quisieron tomar del brazo pero no pude evitar verla.

Sus ojos se encontraron con los míos y debo decir que su mirada era algo que siempre me había encantado.
Vi su boca pintada de un color durazno y sus ojos de un color rosa con café, bajé mi mirada y de mi boca salió una pequeña risa nerviosa.
No llevaba vestido pero llevaba una falda larga y una blusa que era a la altura de donde terminaba la falda tenía puestos unos tacones color neutros que se podían ver gracias a la abertura de la falda.
Estaba más hermosa que nunca.

- Mi princesa- dije al momento que la abrace y le besé la mejilla- te ves tan hermosa.

- ¿No tienes ropa que no sea negra?- me pregunto de la misma manera que siempre lo hacía.

- ¿No tienes ropa que no sea rosa?

- Kiara te dije que no podías pasar- escuché a Paula gritar algo molesta- Tania, tú también- su frustración era tan evidente.

- No me podía resistir a verla- la voz de Kia salió muy baja, como si estuviera arrepentida.

- Bueno todavía me falta el peinado y maquillaje, solo me has visto a medias- le tome la mano para así hacer que no se sintiera tan mal.

- Te veo en hora y media amor- me beso levemente los labios y se reunió con mi madre y la de ella.

Paula se dedicó a maquillarme y mientras lo hacía me ponía cada vez más nerviosa.

A lo que ella me dijo me hizo un maquillaje un tanto ligero pero que igual Kia y yo no nos veríamos disparejas, bueno rosa y negro creo que ya era demasiado.

- Ya son las cinco- dijo Paula mientras guardaba sus cosas- ¿Estás lista?

- No se- me quise jalar el cabello como últimamente lo hacía pero Pau lo había recogido todo en el peinado.

Vi a mi madre acercarse a nosotras y en su mirada vi alegría y tristeza.
Yo sentía mucha felicidad pero igual me sentía muy triste al recordar el porque me casaría tan rápido con mi princesa.

Él, Ella, Los Dos O Ninguno(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora