10

1.5K 91 18
                                    

No podía ver prácticamente nada debido al cansancio y al vapor, tan solo sentía como pasaba una toalla por mi cuerpo con algo de brusquedad, me cubrió con una y seco mi cabello con otra; volvió a cargarme y a depositarme en la cama, podía jurar con gran temor que intentaría volver a abusar de mí, más grande fue mi sorpresa y mi alivio cuando comenzó a colocarme crean por mi cuerpo ya seco con una extraña delicadeza que me hacía sentir más miedo, pero antes de que mi mente siguiera haciendo teorías sobre que Doflamingo volvería a hacerme daño, me coloco mi ropa para dormir y me tapo con las sabanas, solo por ese instante sentí una esperanza de que se hubiera cansado de mí y que dejaría ese tonto trato .

- Nos veremos cuando mis asuntos con el gobierno terminen, ya sabes quieren saber la ubicación de Mugiwara – dijo soltando una de sus risas.

Yo tan solo logre mantener mis ojos abiertos unos segundos, el tiempo suficiente para ver cómo se vestía, tal vez era muy idiota pues me había quedado dormida con ese extraño por mi habitación pero en verdad estaba agotada.

No supe cuánto tiempo dormí, tan solo sé que cuando abrí mis ojos note como el Sol estaba en su máximo esplendor pero no era molesto, pues hacia un clima agradable, cuando intente sentarme sentí como si varias agujas se me clavaran en todo el cuerpo de golpe; hacia demasiado tiempo que no me sentía con un dolor tan fuerte , las ganas de llorar se apoderaron de mi de nuevo, pero tome aire llenando mis pulmones y lo solté provocando así que las lágrimas se volvieran a “esconder” en mis ojos, intente levantarme haciéndome pensar en que el dolor tan solo era algo psicológico, pero tampoco ayudaba mucho el dolor del estómago porque no había probado alimento, me agarre con fuerza de la cama y poco a poco logre enderezarme.

- ¿Boa? – escuche la voz de mi hermana la cual sonaba algo alterada.

Me senté otra vez en la cama y fingiendo cepillar mi cabello con las manos solté un elegante.

- Adelante –

La puerta se abrió y mis dos hermanas entraron junto un carrito repleto de comida deliciosa la cual con tan solo olerla un poco hizo que comenzara a salivar.

- Debes tener mucha hambre – tan solo asentí y con gran frenesí comencé a comer ignorando por completo de mis modales.

Veía a como sus dos hermanas se lanzaban miradas preocupadas esperando a que alguna de ellas dijera algo, estuvieron así un rato hasta que me sentí incomoda por el silencio.

-¿hay algo que quieran decirme?-

Mis hermanas vacilaron, se daban codazos para ver quien me diría lo que traían entre manos.

- Pues, Luffy quiere, ammm a entrenar por, dos años..-

Por un tiempo indefinido no escuche otra cosa tan solo oía el palpitar de mi corazón.

Luffy…

 

Era increíble cómo tan solo pensar en su sonrisa hacia que todo el dolor se fuera, era el más potente analgésico que existiera, el saber que mi dolor era por haberlo protegido hacia que pensara que había valido la pena, estaba decidida iría a verlo y una vez más le demostraría cuanto lo amo, porque así era, yo amaba a Monkey D, Luffy y por él estaba dispuesta a hacer las cosas más descabelladas, me levante importándome muy poco en el intenso dolor.

- Debo verlo- dije con una sonrisa.

Mis hermanas se miraron entre ellas y se fueron de mi cuarto; me coloque mi ropa y mis tacones tras mirarme en el espejo más, salí de mi habitación. Fue ahí cuando comprobé mi teoría de que el dolor era psicológico, pues con solo pensar en la cara de Luffy y en su contagiosa sonrisa ya no sentía dolor o malestar alguno; fui a la cocina y con una gran rapidez y con ayuda comencé a prepararle exquisitos platillos a mi amado. Era como si con tan solo la mención de su nombre todo lo malo que había ocurrido apenas unas horas antes hubiera desaparecido.

Tras tener una gran cantidad de comida, ordene que fuera llevada al lugar donde se encontraba Luffy y los demás asquerosos hombres, sentía la emoción recorrer mi cuerpo y mi corazón latía con fuerza con solo imaginar que por fin lo vería; pero también tenía miedo, así es estaba aterrada de mi amado viera algún moretón por mi cuerpo, miedo a que no pudiera soportar el verlo y rompiera a llorar contándole todo lo que había pasado con Doflamingo y también  miedo a que el la viera con cara de asco y se alejara de mi para siempre, por esas razones más me valía callar. Al poco tiempo llegamos al objetivo, viendo como Luffy estaba todavía con vendas por su maltratado cuerpo, rápidamente me baje del carruaje y corrí dispuesta a abrazarlo, cuando vi el corría hacia mí con los ojos iluminados lo cual hizo que una extraña felicidad me envolviera.

- ¡Hancock! Trajiste comida- me paso de largo y corrió al carruaje donde había estado lo que había preparado.

Jamás sentí ese agonizante dolor en mi corazón como ahorita, sentía un enorme vacío en mi estómago como si de nueva cuenta no hubiera comido nada, y a la vez me acompañaban unas increíbles ganas de vomitar.

¿Por qué?

 

El simple hecho de saber que para la persona que amas no significas nada, duele, duele demasiado el ver que cada vez que me esfuerzo para Luffy jamás sería suficiente.

Tan solo, por una vez, te lo suplico, voltéame a ver…

 

 

 

 

Algo triste el cap lo se, pero no me sentía de animos para escribir algo romántico como tal, pues me había ocurrido un problema (amoroso si pudiéramos llamarlo así) jeje pero ya apartir del siguiente cap, todo tomara otro rumbo 7u7

Reina Pirata Luffy X Boa Hancock(Historia 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora