One-Shots (Percy Jackson)

"Jason Grace"

"Todos los personajes de las sagas de Percy Jackson le pertenecen a Rick Riordan, excepto los de mi invención."

¡Disfruten de la lectura!!

Pedido por: waleskaojeda

Tenía que tomar una decisión rápido antes de que me encontraran, todo sería más fácil si Annabeth o Percy estuvieran conmigo en esto... pero en la misión solo estábamos Jason y yo, una pequeña hija de Atenea que al parecer salió defectuosa porque no era igual que mis hermanos... y el majestuoso hijo de Zeus, el chico perfecto ante los ojos de cualquiera, y eso me incluía en la lista.

Me decido por arrojar una pequeña piedra que encontré mientras me arrastraba lo que produce un ruido a dos metros de donde estoy, eso distrae a las arpías y me lanzo a atacarlas, las convierto en polvo pero llevándome un corte en mi antebrazo derecho, siseo de dolor y me fijo como esta mi herida. Un empujón brusco me tira al suelo y escucho los gritos de Jason indicándome que me corra del lugar, lo miro y veo como se enfrente contra una arpía el doble de grande comparando con las que nos enfrentamos, un miedo se instala en mi cuerpo que me impide pensar claramente.

Jason es un gran guerrero y eso lo compruebo al verlo pelear con ferocidad contra la arpía, sin poder quedarme solo mirando me pongo de pie y empiezo a golpear con mi espada los tres tablones que cubren la ventana y es nuestra única salida del almacén en el que quedamos atrapados, un minuto después de golpear sin descanso logro romper los tablones justo cuando Jason mata a la arpía.

- Vamos Valeska, debemos apurarnos – cuando ambos logramos salir del almacén se escucha unos gruñidos lejanos, lo que me hace temblar.

Sin darme cuenta corremos alrededor de dos cuadras y media tomados de la mano, cuando nos detenemos en un callejón en medio de dos casas enormes es que recién me doy cuenta.

- Muéstrame- me dice en voz alta, yo lo miro sin entender y el me suelta la mano agarrando mi brazo derecho y descubriendo mi antebrazo dejando ver la herida que esta botando sangre y manchando mi abrigo, lanza un gruñido casi igual de tenebroso que el de la arpía y de su mochila saca una botella casi vacía de agua y empieza a verterla en la herida lo que me cauda un dolor punzante.

- Jason duele...- el me ve suavizando su mirada y desaparece su ceño fruncido, y me toma del brazo con mas ternura y menos brusco que hace segundos atrás.

- Lo siento – dice entre dientes y lanza un suspiro al ver lo profundo de la herida, me tiende un poco de ambrosia y me ordena que la beba. – Bébelo –

- ¿Pero y tú? – el parece notar la incertidumbre en mi mirada.

- Te he dicho que lo bebas – bajo la mirada un poco avergonzada y lo bebo lentamente, pero dejo para un trago y se lo tiendo.

- Bébelo- le digo en el mismo tono que me ordeno, se lo pongo en su mano y me alejo un poco observando la luna, a de ser pasadas las tres de la madrugada, reviso que llevo en mi pequeño bolso lo que tanto nos costó conseguir, y allí está, los dos aretes de Hera. Arriesgamos nuestra vida por dos aretes. Niego con la cabeza y me recuesto en la pared.

La sensación de ser observado me alarma y empiezo a mirar a ambos lados, pero un sonido detrás mío me alerta y giro rápidamente lo que ocasiona que caiga al suelo, pero algo firme pero blando esta debajo de mí cuerpo, abro los ojos y me topo con la cara de Jason demasiado cerca, sus labios rozan los míos lo que me pone nerviosa de sobre manera, estoy por levantarme cuando su brazo en mi espalda baja me lo impide, por el empujón que me da para que no me mueva hace que mis labios queden aplastados por los suyos, sus ojos están mirando fijamente los míos pero siento como sus labios se mueven empezando un beso que solo me imagine en mis mas profundos pensamientos, sus ojos se cierran y solo veo sus parpados, mis labios empiezan a seguir su ritmo y poco a poco cierro yo también mis ojos.

Los segundos son eternos pero sentir como sus labios mojan los míos y como su textura es mas suave de la que me imagine me hace pensar que estoy en un sueño del que no quiero despertar.

Cuando nuestros pulmones exigen aire me separo de él y veo como sonríe con los ojos cerrados, cuando los abre su mano viaja hasta mi mejillas y me da suaves caricias.

- ¿Qué fue eso? – le pregunto, al hablar mis labios rozan los suyos.

- Tú lo sabes – me dice – te gusta leer libros de romance todo el tiempo, eres una experta – me sonrojo, losé porque mis mejillas se sienten calientes, le golpeo el pecho y esta ves con mas fuerza me impulso y me levanto, obligándolo a hacerlo también.

- Claro que no – miro cualquier parte menos sus ojos, su mano toma la mía y me obliga a mirarlo.

- No es muy difícil de deducir... me gustas- escucharlo decir aquello es como algo ficticio para mí, el chico del que estoy enamorada desde que el era aun novio de Piper, y que cuando rompieron me sentí en las nubes pero que aprendí a aceptar que él nunca se fijaría en mí.

- Mientes...- le digo, me suelto de él y me alejo, siento sus pasos cerca y cuando me toma del brazo sano y me gira veo sus ojos y son tan azules y hoy están brillantes que me aturden.

- Mentiría si te dijera que no me gustas –

- ¿Pero cómo? ¿Cuándo? – el ríe

- El dia en el que por accidente tire tu libro en el balde de grasa de Leo en el Bunker – recuerdo ese dia, le grite un montón de cosas que Annabeth me castigo por una semana leyendo solo libros de Historia que eran tan gruesos que lo odie tanto. – antes me parecías linda pero ese dia confirme que me gustabas, me tarde en confesártelo porque te veía muy cerca de Leo, sie pre estabas en el Bunker -

- Leo es solo mi amigo, paro en el Bunker porque él es graciosos y le gusta escuchar mis novelas románticas pero no le vayas a decir – ambos reímos de aquello y por unos segundos nos miramos nerviosos. – asi que... ¿ahora estamos saliendo? –

- Tu dímelo... ¿sí o no? –

- Tú que crees – le respondo animándome a tomar la iniciativa y darle yo el beso...