Capitulo 7: Desgarros

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Era imposible no sentir los escalofríos recorriendo mi piel cada que Kami tocaba mi piel, una sensación extaciante y tranquilizadora

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Era imposible no sentir los escalofríos recorriendo mi piel cada que Kami tocaba mi piel, una sensación extaciante y tranquilizadora.

— Te dejó elegir a ti — dije soltando mis brazos a los lados en una forma extraña de preparación.

— Dejaremos que tu mente quiera decida qué hacer — tomó mis dos manos apretujándolas suavemente — Aquí es necesario la concentración, un desgarro no es cualquier cosa y pueden pasar múltiples accidentes al punto de arruinar el universo entero; Pero aquí estamos a salvo, solo debes cerrar tus lindos ojos y dejar que tu mente se concentre en tal cosa, concéntrate en tu respiración y ábrelos cuando estés lista.

— Haré el intento

Cerré los ojos temerosa y tomando una gran bocanada de aire, recordando con detalle cada objeto, árbol, planta y animal que había visto en la dimensión que había visto, los ojos fugaces de aquella Ryu. Antes de que pudiera mencionar cualquier palabra Kami se adelantó

— ¿Por qué volviste a esta dimensión? — dijo como si estuviera cansado del tema, por alguna razón extraña sentí mi emoción venir a abajo por saber que a Kami no le interesaba. Con temor abrí mis ojos lentamente, siendo cegada por la luz intensa del sol que me obligó a cubrir mis ojos.

El lugar no era nada parecido a lo que había visto antes, era desolado con tierras secas que con cualquier corriente de aire alzaba toda la tierra suelta acumulada en el suelo, daba la sensación de tener la garganta seca; Pero estaba completamente segura de que era la misma dimensión que habíamos visitado antes, pues el comentario de Kami me lo había confirmado.

— Es más feliz que yo, quiero saber por qué

— Dudo que sea más feliz que tú

— ¿Y tú cómo sabes eso? — Kami se limitó a encogerse en hombros y negar con la cabeza sin querer contestar mi pregunta, bufé al ver su actitud. Kami se ponía nervioso e incluso agresivo cada vez que le preguntaba sobre cosas que él sabía de mí y yo no recordaba haberle dicho.

— No te puedo contestar todas tus preguntas cuando soy de tu dimensión. Pero algo sí sé de los que viven en esta clase de zonas — con un movimiento de mentón Kami señaló hacia lo que parecía ser un bar, y justo en ese momento estaba bajando por los escalones de la puerta mi querida doble, con sus ojos soñadores ahora llenos de rabia. Quise alcanzarla, pero Kami coloco su brazo delante de mí para impedirme el paso.

— No te puede ver, ni tocar. Además, parece furiosa.

Ella iba directo a la avenida central del sitio con pasos firmes, tan fuertes que alzaba la tierra del suelo tal y como cuando corrían las fuertes corrientes de aire en el lugar.

— ¡No puedes armar un desastre por esto! —. El fuerte grito me hizo sobresaltar, estaba tan concentrada en los pasos de la chica que no había notado la presencia de otro chico que estaba yendo tras de ella. Con una ropa casi igual a la suya, el mismo material solo que con otro modelo y mucho más desgastada, la capucha que tenía puesta me impedía ver su rostro.

El sueño de un Fénix | Primer LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora