Llévame a cualquier lugar

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No puedo creer  que me esté pasando esto no puedo controlar el hecho de no sentirme triste no puedo estar cerca de el tras leer su mensaje lo elimino era lo mejor para todos tenía que superarlo.
Dante: Solo contesta y dime ¿que hice mal?


Era miércoles y Giselle desde el sábado no contestaba ni llamadas ni mensajes de Dante no tenían nada que hablar decía ella, el trato había terminado y todo está claro el fin de eso había llegado.

—Deja de darle tanta vuelta al asunto y estudia este sábado es el examen— la reprendió odett al ver que no se consternaba

 

—No puedo pensar en otra cosa...— ¿Qué quiere de mi esta vez? No lo entiendo solo quiero que me deje en paz y el me busca más — exclamo frustrada

 

—Vale vamos por un elote o algo—¡¡¡ necesito grasa!!!—musito odett con tal de animarla.

 

—Vale lo acepto es la última semana de clases... a pesar de todo creo que extrañare esta cárcel...— miro con nostalgia su escuela y soltó un suspiro

 

—Vámonos antes de que te pongas sentimental giss— exclamo odett  con guasa

Fueron a una plaza por unos elotes, comieron hasta que la panza les dolió pero esa extraña salida la había hecho sentir un poco mejor 


—Vale me voy a mi casa mama vendrá a comer y sabes cómo se pone de pesada.—hizo una mueca y se fue, Odett era de las raras personas que sabían que pasaba

Giselle iba llegando a su casa cuando escucho el horrible llanto de una mujer y sabia de quien era, odiaba verla así pero su madre no quería abrir los ojos de quien era el patán que tenía por novio.

Dios que este bien... Que no le halla echó algo malo ese idiota...

—Por favor no puedes dejarme —Decía ella en llanto —No te vayas Carlos por favor no me dejes eres lo único que tengo...— su voz sonaba rota destrozada

 

Ese comentario le dolió hasta el alma a  Giselle sabía que su madre no la quería lo suficiente pero esto...las lágrimas invadieron sus ojos y cayeron por sus mejillas, tenía que salir de ahí rápido al girar no podía creer, el mercedes negro de Dante estaba estacionado, el bajo del auto y la miro.

—Solo déjame hablar contigo... solo cinco minutos.—musito el pero al verla así llena de lágrimas se acercó a ella y la abrazo fuerte.

 

—Bien pero sácame de aquí solo... Llévame a donde tú quieras...—susurro ella limpiando sus lágrimas y regresado a su postura fría.

 

—Todo va a estar bien — la ayudo a subir al auto.

 

El no  cuestiono porque ella lloraba, si ella quería iba a decírselo no quería presionarla así que decidió quedarse callado por el bien de los dos. Después de dar muchas vueltas por la ciudad llegaron a unos impresionantes departamentos de lujo.

No es amor... ¡RELÁJATE!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora