—No puedo creerlo— Decía Yaku con el rostro ensombrecido mientras yo solo me dedicaba a posar con mi traje nuevo fuera de la oficina de correos—. Realmente debemos estar faltos de personal si aceptamos a un tipo como este.
—Lo que no deberías creer es mi encanto y elocuencia, solo bastaron unas cuantas de mis palabras para hacerlos contratarme— Dije imitando una sonrisa de comercial.
—¡Estabas hecho un manojo de nervios ahí dentro! Tuve que tirarte un vaso de agua fría para que reaccionaras— Reclamó el castaño.
—El agua y yo tenemos una alta afinidad, me atrevería a decir que pude haber sido un tritón en mi vida pasada— Mencioné con aire pensativo.
—¡Oh! ¡Un tritón! ¡Eso suena genial!— Lev me miraba con ojos de emoción como si realmente me fueran a salir unas aletas de repente.
—No le creas, Lev— Suspiró Yaku—. En vez de estar dándote aires, deberías agradecernos a Lev y a mí por haberte recomendado— Enarcó una ceja el castaño.
—¡Será un gusto trabajar contigo, Kuroo-san!— Exclamó alegre el más alto, en contraste con la seriedad del otro— Siempre es bueno hacer nuevos amigos.
—No es nuestro amigo, Lev. ¿Ya te olvidaste de cómo te engañó?— El castaño no daría su brazo a torcer tan fácil.
—Si, pero de no ser por eso, no me hubiera enterado que mi amor por ti es correspondido— Respondió inocentemente el peliplata, generando que un gran rubor cubra el rostro del más bajo, a lo que yo solo les dirigía una mirada insinuadora.
—¡Es-eso no justifica nada!
—¿Qué es esto? Me parece escuchar un tsundere en las cercanías— Comenté distraídamente, a lo que esquivaba un puño asesino dirigirse hacia mi cara, pero el rostro nervioso y el tartamudeo definitivamente le quitaban cualquier nivel de letalidad a su enojo.
—¿Qué es un tsundere?— Preguntó curioso Lev.
—Eso no es bueno, Jev. Tienes que aprender a reconocer la especie a la que pertenece tu novio— Me burlé, a lo que la pareja de carteros mostraron un sonrojo en las mejillas, además de una mirada asesina a la que ya me estaba acostumbrando.
—¡Lev no es mi novio!
—¿No lo es?
—¿No lo soy?— Se apuntó con tristeza el peliplata.
—Nunca me pediste noviazgo— Yaku desvió la mirada con falso enojo.
—Pensé que era algo automático después de confesarse— Meditó confundido— Además, me golpeaste después de decir que me gustas, pensé que eso era un "somos novios".
—No, eso era un golpe por abrazarme estando desnudo en plena oficina de correos— Suspiró.
—Creo que eso fue culpa mía— Levanté la mano en señal de rendición.
—Lo sé— Dijo entre dientes el castaño.
—Oh, pero entonces es algo que se arregla fácil— Con una sonrisa, puso una de sus rodillas en el suelo ante nuestra mirada extrañada.
Tomó una de las manos de Yaku entre las suyas, en tanto algunas personas empezaban a detenerse en su andar para mirar. Yo me sentía como esos violinistas que contratan en los restaurantes para las propuestas de matrimonio, pero no tenía ningún instrumento que tocar, por lo que solo me saqué la gorra de cartero en señal de...hum...¿respeto?, lo que dejaba una escena aún más extraña a la vista.
—Yaku-san— Habló de repente, sobresaltando al castaño que no sabía dónde meterse de la vergüenza—. No puedo ofrecerle mucho, tal vez solo cartas, mis propinas y algunos paseos en el barco pesquero de mi tío, pero quiero que sepa que lo amo desde el primer momento en que lo vi, desde la primera vez que me dirigió la palabra aunque solo fuera un "tarado", pero la leve sonrisa divertida que me brindó aquel día quedó guardada en mi memoria para siempre. Quiero pedirle-
![](https://img.wattpad.com/cover/113779189-288-k387577.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Remitente de vida
FanficKuroo Tetsuro piensa que fue la vida quien le quitó cualquier sentido a su existir, pero no tenía planeado que ésta aún le tuviera una carta preparada con el remitente de Akaashi Keiji. Los personajes son de exclusiva pertenencia a Haruichi Furudate...