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La batalla con aquel villano había sido realmente catastrófica. El ataque había sido tan sorpresivo que Todoroki y Bakugo tuvieron que responder y actuar casi por instinto; no tardaron demasiado tiempo en descubrir que aquello a lo que se enfrentaban era una nueva clase de Nomu enviado por la Liga de Villanos. 

Esta criatura no era tan fuerte como la que recientemente Endeavor y Hawks habían enfrentado, pero si lo suficientemente capaz para ejercer gran daño sobre los dos aspirantes a héroes, quienes tuvieron que combatir y a su vez proteger a las personas que estaban en los alrededores del lugar donde había aparecido el Nomu.

Fue gracias a la pronta aparición de héroes profesionales como Edgeshot y Miruko, que ambos chicos pudieron salir con vida de aquella peligrosa situación

Aunque lamentablemente el más afectado fue Todoroki, quien recibió un ataque violento de parte del Nomu cuando intentaba salvar a un par de niños, provocándole al bicolor una gran cantidad de heridas graves y un par de costillas y huesos rotos.

Por su parte Bakugo tenía heridas superficiales y por ello cuando ambos jóvenes fueron llevados al hospital, el rubio estaba empeñado en no recibir tratamiento, pues eran solo algunos golpes y marcas, lo que él quería en ese momento era estar con Shoto, pues en cuanto bajaron de la ambulancia, alejaron al bicolor de él, llevándolo a una sala aparte para tratar sus heridas.

Cosa que asusto mucho al oji-rubi. Tampoco ayudaba el hecho de que aquel chico explosivo se repitiera a sí mismo en su cabeza, que todo había sido su culpa; pues para él, la situación se reducía al hecho de que no había podido evitar que su novio hubiese sido lastimado, que era culpa suya el que Shoto estuviera herido, que era su culpa que su vida corriera peligro.

Estando en aquella solitaria habitación de hospital, Katsuki se permitió llorar.

Pasaron horas antes de que le permitieran ver a Shoto, pues según las enfermeras y el doctor, el también necesitaba descansar, pero al darse cuenta que aquel chico explosivo no era convencido por sus argumentos médicos, decidieron dejarlo ir con el bicolor.

Bakugo deslizó fuertemente la puerta que daba a la habitación en la que Shoto se encontraba, así dejando ver en la cama de hospital a un chico bicolor lleno de vendajes y con mirada cansada.

El bicolor en cuanto miró a la persona que estaba en el marco de la puerta sonrió.

- Te tardaste demasiado en venir a verme – dijo tranquilo como de costumbre – No deberías hacer tanto ruido estamos en un hospital y...

Las palabras de Shoto fueron detenidas por un sorpresivo abrazo de parte del rubio, que con fuerza lo aferraba a su cuerpo casi de forma desesperada.

- Lo siento, lo siento, lo siento... Lo siento mucho Shoto... Maldita sea no pude protegerte – las lágrimas comenzaron a brotar una vez más de aquel par de ojos rubí.

- No digas eso, nada de esto fue tu culpa. Fui bastante descuidado, además estoy bien.

- No, el que estés lleno de vendajes y heridas, no es estar bien Shoto. Yo no pude hacer nada... ahora estas vivo... Y si no fuera así...

- ¡Katsuki Basta! Ya te he dicho que no es tu culpa. Estas exagerando las cosas. – Shoto también se aferró a su novio, podía sentir como aquel rubio que era normalmente temperamental y agresivo; ahora lloraba, temblaba mientras lo abrazaba y su voz era suave y quebrada.

Pasaron varios minutos abrazados, el silencio solo era interrumpidos por los sollozos del rubio que con el tiempo poco a poco fueron más relajados hasta desaparecer.

Todoroki entendía los temores de su novio; pues el mismo los había experimentado. Sabía que mientras ambos vivieran aquella vida de héroes, el miedo y las lágrimas nunca terminarían, ambos tenían que vivir con el pequeño temor de perder a su pareja.

Pero aquello no podía ser impedimento de su felicidad, es por ello que debían amarse sin reservas, disfrutando de cada momento hermoso que tenían el uno con el otro. Sin lamentaciones o arrepentimientos.

Quizás esta situación llevó a Katsuki a entender aquello. Y sin dejar de abrazar a su novio solo pronuncio tres palabras que hasta el momento habían sido difíciles y vergonzosas de pronunciar.

- Te amo Shoto.

Y el bicolor solo sonrió. 

 

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Momentos Solo Para DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora