Momentos Solo Para Dos

VIII

Shoto había decidido dar un paseo con Kats, y no, no era su rubio y explosivo novio.

Se trataba más bien de su lindo y temperamental cachorro de pelo cenizo, que hace apenas una semana había adoptado del refugio de animales.

El bicolor estaba realmente feliz, después de haber discutido tanto con su padre para que le permitiera tener una mascota, Endeavor cedió con la condición de que Shoto atendiera todas las necesidades del animalito de manera responsable.

Shoto no pudo estar más de acuerdo con eso, y a pesar de que aquella pequeña y agresiva bola de pelos le causaba un millar de problemas y malentendidos, el medio albino no podía dejar de querer cada vez más a ese perro que tanto le recordaba a Bakugo.

Y es por ello que en el momento en que lo vio en el refugio no pudo evitar encariñarse al instante con ese cachorro que no hacía más que ladrarle y gruñirle de forma amenazante, así pues, decidió llamarle Kats, cosa que a su novio no le pareció graciosa cuando se enteró.

Ahora aquella pequeña fiera peluda ladraba escandalosamente a cada perro que veía en el parque donde ambos estaban dando la caminata, tal pareciera que aquel pequeño animalito no le temía a nada, en especial a los perros que lo superaban en tamaño.

- ¡Ya basta Kats! – ordenó el medio albino, intentando ser autoritario, pero solo provocó que el pequeño canino se girara y comenzara a ladrarle a él.

- ¿Sigues cuidando de ese pequeño monstruo Mitad-Mitad?

Escuchar la voz del oji-rubi en aquel momento fue sorpresivo para el de heterocromía, así que dió media vuelta para ver que Bakugo estaba a unos pasos detrás de él.

Todoroki no era el único que había notado la presencia del rubio, sino también su perro que de inmediato se puso en posición de ataque ante la persona que parecía ser su enemigo natural. Bakugo Katsuki, la pareja de su dueño.

- No es un monstruo. Es Kats y es un buen chico.

- Es una fea y ruidosa bola de pelos.

Ante esto el pequeño perro rubio dió un gruñido, como si hubiese entendido el insulto del rubio humano.
Un suspiro cansado fue emitido por el bicolor, que de forma repentina noto como su novio cargaba algo en sus manos...O quizás era alguien.

- ¿Qué es eso Bakugo?

- Oh te refieres a este chico – dijo el rubio con autosuficiencia, quien dejó ver a un pequeño gatito que hasta el momento se había mantenido oculto es sus manos.

Shoto observó a aquel pequeño minino con detenimiento; pues el gato parecía una rareza; su pelaje era blanco como la nieve, pero en algunas partes mantenía unas pequeñas manchas rojizas, en especial en su parte izquierda, además de tener un ojito grisáceo y el otro turquesa.