#14- entre la vida y la muerte

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Mi corazón latía como nunca, estaba asustada.

- Déjala ir, esto es entre tú y yo- Welphys hablaba- por favor.

- no, esto es entre los tres, por su culpa tuve que llegar a esto- respondió ella, vi la mirada que le hecho a él jefe y este como si con esa mirada le hubiese dicho algo, soltó el arma que llevaba en las manos.

Yo no decía nada, el silencio reinaba hasta que Ian volvió a hablar.

- tú eras mío, y ella llegó y de pronto la haces tu mujer, tendrá un hijo tuyo y Ema le dice Mamá.

- yo nunca fui tuyo.

- tenemos lindos recuerdos en tu habitación o ¿ya se te olvidó.?

- solo déjala en paz.

- no, ella me quitó lo que yo más quería, a tí.

Las lágrima caían por mis mejillas.

- Hasta me mandaste a castigar por ella.

Ian me miró, nuestras miradas se encontraron, el odio reflejado en sus ojos.

- y tú maldita estúpida, pagarás por eso- un disparo, mi estómago ardía y sabía el porque, me había disparado, yo seguía de pie, el hombre me seguía sujetando, vì como Welphys tomaba el arma del piso y le disparaba a quien me sostenía a mí, ya luego no vì nada, mis párpados pesaban, escuchaba como gritaban mi nombre y todo era oscuro.

Un túnel...

Una luz blanca al final...

¿Me morí?...

Tal vez...

Caminé, debía salir del túnel, allí dentro era oscuro y a mí la oscuridad no me agrada, cada vez estaba más cerca de la luz, hasta que salí de ahí, estaba en mi casa, dónde vivía con mis padres y mi hermano, estaba como antes de la remodelación

Antes de que se quemara... 

Estaba confundida, No entendia nada.

Caminé hasta llegar a la cocina y ahí estaba él, llevaba su vieja camisa azul y unos jeans, estaba descalzo.

- papi!- susurré y el pareció escucharme.

- mi niña, por fin llegaste, te estaba esperando.

- ¿Me morí?- pregunté con miedo a la respuesta.

Él no respondió, me dió una sonrisa de boca cerrada y entonces al pestañar y abrir los ojos, ya él había desaparecido, se había ido, me estaba empezando a desesperar, mi pecho subía y bajaba, voces se empezaron a escuchar.

"Asesina"

"Asesina"

Cerré mis ojos y al abrirlos, ya no estaba en ese lugar, todo volvió a ser oscuro, voces se escuchaban de nuevo , pero diferentes.

- está despertando.

- pobrecita.

Abrí los ojos lentamente y de inmediato los volví a cerrar, me dolía la cabeza como nunca, intenté abrirlos de nuevo hasta que se acostumbraron a la luz.

Paredes blancas era todo lo que podía observar, giré mi cabeza a un lado para encontrarme con ella.

Una sonrisa adornaba su rostro, me miraba y yo a ella, hasta que observé mi cuerpo, tenía una intravenosa, y correas me ataban a la cama, había una en mi pecho, otra en la cintura y una en los pies, llevaba la misma ropa con la que me vestí en la mansión, solo que estaba manchada de sangre seca, intenté moverme pero mi estómago dolía y fue cuando recordé que me dispararon y recordé algo.

- mi bebé!- grite.

- ¿Que bebé?, Ah, se murió- las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos, estaba inmovilizada y eso hacía que la rabia creciera más en mí, lo que no entiendo es cómo terminé aquí.

- mira idiota, la única razón por la que no te dejé morir desangrada o terminé de matarte es porque quería darte la noticia de que tu bebé ya no está, pero ya no me sirves pa'na, dime, ¿Que hago contigo?.

Yo no respondí nada, ella se acercó a mí y estrelló su puño en mi estómago, justo en la herida.

Chillé de dolor, y pude notar como sangre empezaba a salir, dolía como la mierda.

- pudrete- fue lo único que dijo, luego apretó mi herida haciendo que esta vez las lágrimas salieran de mis ojos por el dolor y salió de la habitación.

La sangre no paraba, si no salía de aquí, iba a morir desangrada, y una idea cruzó por mí cabeza, tal vez sea estúpido, pero prefiero morir luchando que aquí atada y desangrada.

Debía liberar mis manos de las correas, no fue trabajo difícil gracias a mis flacos brazos.

Que estúpida, pensé ya que podía desatarme fácilmente.

Quité la intravenosa de mí otra mano y empezé a soltar las correas.  Estuve tratando de soltarme como una hora, mis manos dolían, está mierda estaba apretada, cuando conseguí quitar la primera, continúe con las demás, me dolía la espalda, el estómago, las manos y la vida, pero yo no iba a esperar a que Ian me matara.

Me levanté de aquella cama y por inercia llevé mi mano a la herida, dolía, dolía mucho y sangraba.

Caminé como pude y lentamente abrí la puerta encontrándome con un hombre sentado en una silla, gracias a sus ronquidos supe que estaba profundamente dormido y sobre su regazo descansaba una pistola, la tomé, mis manos temblando y el de un brinco se levantó de la silla, nuestras miradas se encontraron y las palabras de Welphys llegaron a mí.

Si debes disparar, dispara, si no, te dispararan a ti.

Y eso fue lo que hice, apreté el gatillo y lo vì caer, un agujero se formó en su frente, sus ojos permanecían abiertos,como si me mirara.

Empecé a caminar desesperada y fue cuando escuché disparos, este parecía ser mi fin, los disparos cada vez eran más.

Ya no se escuchaba nada, cuando lo vì frente a mí, su brazo sangraba y supe que estaba herido, Daniels me brindó una media sonrisa, estaba a salvo, ellos llegaron por mí

- señora- se acercó a mí en cuanto se percató de mis manos llenas de sangre, sangre de mí estómago- señor la encontré- fue lo último que escuché antes de caer al suelo y que todo fuera negro.

Eres una asesina...

Primero matas a tu padre y luego a este pobre hombre...

Mi mamá me reclamaba  a su lado estaba el cuerpo quemado de mi padre y al otro lado el hombre con un agujero en su frente.

- Asesina- grito mi padre.

- Asesina- grito el hombre.

-no- grité yo mientras los veía acercarse a mi- noooo.

Noooooo.

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Hellooooo

Good byeeeeeee

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Novia de un NarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora