Capítulo 3: Descubriendo a Ángela.

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Varias horas después de levantarme y comerme una ensalada, me duché y llamé a mi madre. Ayer no había hablado con ella y me sentía un poco mal por no haber llamado a para preguntar por Annette o para solo preguntar cómo estaban.

- Hola mamá. Siento no haberte llamado ayer.

- ¡Amber! Cielo, ¿qué tal con papá? Espero que bien. No te preocupes por no haber llamado, ayer Ryan me dijo que estabas en una fiesta, normal que se te olvidara.- El problema que tenía mi madre era que, cuando la dejabas, no paraba de hablar, no te dejaba ni contestar a las preguntas que te formulaba. Era un poco exasperante.

- Estoy muy bien con papá. Me alegra que Ryan te lo dijera, me sentí un poco culpable al no llamarte.- Al ver que mi madre me iba a reprochar por pensar en así por lo que cambió de tema.- ¿Qué le pasa a Annette? No ha venido a casa de papá como dijimos. ¿La ha pasado algo grave?

- Annie está en casa de una amiga suya, ahora va a casa de tu padre. Me preguntaba si podías ir a recogerla. Sé que no te has llevado el coche pero no me hace gracia que tu hermana vaya sola en autobús. Me da un poco de miedo, ya sabes como es tu madre para eso.- Se rió un poco al recordar como a ella no me dejaba ir sola a ninguna parte cuando era pequeña. Acepté y me despidí bastante rápido.

Estuve un rato tirada en el sofá viendo la televisión y cuando quedaba poco para la hora indicada subí a cambiarme. Unos pantalones vaqueros cortos y una camiseta, me puse unas sandalias blancas y me até una coleta, hacía demasiado calor para llevar el pelo suelto.

Tuve que esperar un par de minutos a que el transporte llegara a la parada. Al sentarme en un asiento puse un mensaje a mi padre para que supiera donde estaba y otro a mi madre para decirla que ya iba a por Anne.

La casa de la amiga de mi hermana estaba muy lejos si se iba desde casa de mi padre. En aquel instante entendí la preocupación de mi madre por no querer dejarla sola. Cuando llamé al timbre de aquella casa abrió una chica rubia. Pregunté por mi hermana y me invitó a entrar. La casa era bastante bonita y acogedora.

- Siento el desorden, me has pillado estudiando un poco.- Se quitó las gafas que llevaba y las dejó en la mesa con sus apuntes.- Me llamo Caitlin pero me puedes llamar Cat. Sientate donde quieras...- Era una chica muy agradable.

- Amber Moore. ¿Qué estudias?- Me extrañaba un poco que estuviera estudiando en verano, aunque pensé que podía haber suspendido alguna asignatura, no todos podían aprobar a la primera. Sonreí un poco.

- Estoy preparando una entrevista, voy a ser periodista.- Su sonrisa enseñó casi toda su dentadura.- Hoy tengo que ir a un congreso que hace mi madre para ensayar como lo haría. De ahí que esté todo revuelto. ¿Tú que estudias?

- Medicina.- Sonrió mucho cuando la halagó por su carrera.- Gracias. Me encanta lo que estudio como a ti lo tuyo.- Vio el desorden de la mesa y supo que la chica estaba trabajando para no hacer el ridículo en ese congreso.- Te tengo que dejar, tengo que hacer un par de recados. Muchas gracias por todo. Voy a buscar a Annette.- Me indicó donde estaban las niñas y fui hasta donde estaba mi hermana. Me recibió con un abrazo y, cuando le dije que nos teníamos que ir, se despidió de su amiga y de la hermana de la amiga, Cat.- Adiós Cat, espero volverte a ver. Suerte en el congreso.

Nos sentamos en el autobús y Anne me empezó a contar todo lo que había hecho con su amiga. Yo la escuchaba y me reía por alguna cosa que decía. Cuando el autobús paró en el centro de la ciudad nos bajamos y fuimos a una librería. Nos encantaba leer, sobretodo libros de amor y humor. Nos pasábamos los libros la una a la otra cuando lo terminábamos. También marcábamos con un Post- It todas las partes buenas del libro que considerábamos una vez ya lo habíamos leído las dos. No me podía quejar de mi hermana en ese sentido.

Con michelines y a lo loco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora