Estaba en ese momento en el que sabes que te vas a despertar porque estás rememorando el sueño que estabas teniendo. No me quería despertar, estaba tan cómoda mientras un peluche me abrazaba por la espalda. Siempre había querido que me abrazaran por la espalda... Espera, ¿he escrito peluche? Me desperece un poco y encontré a Scott abrazado a mí. ¡Dios de mi vida! ¡Scott me estaba abrazando! ¿Se podía estar más cómoda? Probablemente sí, pero que te estuviera abrazando un chico guapo era genial, creo.
Levanté la mano de mi cintura e intenté moverme, pero claro, con mi súper suerte, me caí al suelo antes de poner un pie en el suelo. Me retorcí un poco como si fuera una gamaba fuera del agua y, al darme cuenta de que había más gente dormida en el salón, me levanté y comprobé que todos seguían en la misma posición. Me dolía la cabeza por mi estúpido golpe. Antes de que se levantaran los demás fui a la cocina a prepararme un batido de proteínas, de esos que estaban tan ricos. Eran un asco, definitivamente los odiaba pero los necesitaba para poder seguir los entrenamientos de Scott, era muy duro conmigo. ¡Estaba gorda, "jope"! ¡Me cansaba más rápido! Pero él ni siquiera me hacía caso cuando le sacaba el tema. ¡Maldito colesterol!
La segunda en levantarse fue mi hermana pequeña, Anne. Se había portado tan bien que me temía que se había quedado dormida o que ni siquiera hubiera estado en casa, pero lo dejé pasar, era joven para equivocarse y darse cuenta ella misma de sus actos. La saludé muy cariñosa, no era normal que fuera así con ella pero mi Anne me correspondió igual. Eran tan... suya, creo que esa es la palabra.
- ¿Sabes que hay tres personas en nuestro salón dormidas?- La sonreí inocente, como si yo no hubiera hecho nada. Me sonrió y se preparó un cuenco de cereales con leche.- Esta tarde no voy a estar, te lo digo para que se lo digas a mamá que no ha pasado por casa.
- ¿No está aquí?- Me empecé a preocupar, mi madre nunca había pasado una noche fuera de su casa.
- ¿La ves por aquí correteando?- Estaba un poco borde, extraño también. Ni mencioné mi idea de ir a visitar a los abuelos, me podía lanzar el bol de cereales o un cuchillo, quién sabe.- Me voy. Besitos.- Estaba un poco tonta, siento que lo hayáis tenido que leer.
Me terminé el maldito batido de proteínas y encendí los fogones. Puse Good Music FM y empecé a cocinar unas tortitas, aunque yo no las pudiera comer me acordaba, más o menos, de la receta. Un poco de harina, huevos, azúcar, leche, mantequilla y un poco de sal. Empecé a hacer la masa cuando Myles entró a la cocina, saludó con un beso cariñoso en la mejilla y se sentó en la mesa que había en un lateral. Tenía cara de dormido cuando me giré para llevarle un poco de zumo de caja, que yo odiaba pero mi hermana adoraba.
Me acordé de lo de Carla, se lo tenía que decir, si se enterara que yo lo sabía y que no se lo había contado, no me lo perdonaría nunca. Era nuestra amiga, la de los dos. Al principio no sabía como abordar el tema, era complicado decir que una de tus mejores amigas estaba en la cárcel por tráfico de drogas. Cuando se terminaron de hacer las masas de las tortitas, puse dos en cada plato, les eché el sirope de chocolate y, mientras le entregaba el plato a Myles, le dije:
- Tenemos que hablar, Myles.- Él hizo un gesto mientras comía su desayuno.- A Carla la han metido en la cárcel.- No hizo nada, se limitó a masticar y a tragar.
- Lo sé, Amber. Fui a verla ayer.- Me asombró que lo dijera, yo ni siquiera la había llamado ayer.- El problema es que sus padres no lo saben aún, pero he escuchado que los policías los iban a llamar y que en las noticias lo han dicho.- Hizo una mueca mientra se metía otro trozo en la boca.
- ¿No te da pena?- Me extrañaba que no lo comentara, para eso, él era muy sentimental. Negó con la cabeza, supe que no quería hablar más y lo dejé estar, no quería forzarle a nada.
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Con michelines y a lo loco.
RomanceAmber, una chica de 19 años, necesita adelgazar, pero no porque no le guste su cuerpo o por problemas de autoestima, sino por algo peor: unos malditos análisis de sangre en los que descubren un poco de colesterol. Ella sabe que sola no va a tener s...