Capítulo 9: Violet's acerca a las personas.

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Me puse una de mis famosas faldas largas, unas sandalias y una camisa bonita. En el pelo me puse unas horquillas para que el pelo no se me metiera en la cara. Suspuse que había adelgazado un poco, la falda me quedaba algo ancha. ¡El entrenamiento estaba dando resultados! No podía estar más feliz. no llevaba ni dos semana y ya notaba como perdía peso.

Cogí mi móvil y mi cartera, lo metí en el bolso, me despedí de mi madre y de mi hermana y salí por la puerta principal. Me monté en mi coche y conecté el Bluetooth, por si alguien me llamaba. Me acordé de la quedada con Cat, me iba a matar. Antes de arrancar para irme, la mandé un mensaje.

Amber: Siento no haber ido hoy, se me había pasado. ¿Quedamos mañana? Lo siento.

No me contestó al instante por lo que encendí el motor, tiré el móvil al bolso que había cogido y me puse el cinturón. Sabía que me iba a costar aparcar pero no me apetecía gastar más dinero. Me había tocado parar en todos los semáforos y en todos los pasos de peatones, era un poco pesado, pero gracias pude cantar y hacer el tonto sin provocar un accidente. Me gustaba bailar mientras cantaba alguna canción que pusieran en la radio. Definitivamente me gustaba conducir.

Para cuando encontré sitio para mi precioso coche y pude ir a la cafetería, llegaba diez minutos tarde. Nunca llegaba muy tarde pero me fastidiaba que esta vez sí, ¡era una cita, maldita sea! Me levanté un poco la falda y eché a correr para no llegar mucho más tarde. Al llegar, le vi sentado en una mesa hablando con la camarera. Entré con cuidado de no caerme y esperé a que se fuera la camarera para poder saludarle, no iba a cortar su conversación de "¿qué desea?" Supongo que es de mala educación hacerlo. Iba vestido con una camiseta y unos vaqueros, simple pero guapo.  

- Hola.- Le di dos besos y me senté en frente de él.

Un camarero se acercó a ver que desweaba yo. No sé cómo lo hacía pero atraía a chicos guapos. Nunca me habían hablado chicos tan guapos a no ser que fuera para que les dejara copiar los deberes. Era extraño y, a la vez, interesante. Pedí una botella de agua, ahora que veía los resultados no quería fastidiarla.

Mario era un chico encantador, educado, simpático y amable. Pocas veces te encontrabas con chicos así. Me encantaba pasar tiempo con él, pero (siempre hay un pero) no me veía saliendo con él, era demasiado perfecto. Toda chica quiere un chico así, yo también, pero me veía demasiado torpe para mantener una relación duradera. Probablemente serían las típicas dudas que te surgen al salir con un chico.

Pagó la cuenta y me invitó a levantarme. Me cogió de la mano, algo imprevisto, y me estremecí levemente, él no lo notó o no me lo hizo saber. Me llevó hasta un parque no demasiado lejos de Violet's. Mario me iba hablando del nuevo trabajo que había conseguido para ayudar a pagar la matrícula de la universidad. Me trataba como una amiga, era muy cercano. Yo sonreía y reía de las cosas que decía, era entretenido estar con él. Nos sentamos en un banco y seguimos hablando. Inesperadamente le llegó un mensaje importante, o eso me había dicho él, que hizo que nos despidiéramos.

- Me ha encantado estar contigo, Amber ¿Quedamos el viernes para cenar?- Su voz era grave e hipnótica. Yo sonreía como una tonta, yo también lo había pasado muy bien.

- Me encantaría, Mario. Ya hablamos.- Besó mi mejilla y salió corriendo dejándome con una sonrisa tonta en la cara.

                                                                                       ***

Miré mi móvil una vez llegué a casa y vi cuatro mensajes nuevos. Me estresaba mucho que me pasase eso, no sé porque lo hacía. Lo odiaba.

Cat: Está bien. Te tengo que contar.

Myles: ¿Estás en casa?

Scott: ¿Qué tal tu cita?

Abuela: Hija, ¿cuándo vas a venir a vernos?

Que Cat y Myles me mandaran un mensaje a la vez me extrañó un poco, que Scott me preguntara por mi cita me hizo gracia y que mi abuela me preguntara eso me llenó de recuerdos de cuando era más pequeña. La quería tanto, había sido uno de los modelos que había seguido para ser como soy, era una de las mejores personas que había conocido en el mundo y esperaba que me siguiera aconsejando como lo hacía. La dije que la quería y que iría muy pronto a verles.

Llamé a Myles desde mi casa a la suya pero no sin antes contestar a los otros dos mensajes. A los cuatro tonos, la madre de mi amigo cogió el teléfono, estuve unos minutos hablando con ella hasta que se dignó a pasarle el teléfono a Myles. Me caía muy bien pero, a veces, era muy pesada.

- Buenas, querida amiga.- Noté un poco de ironía en su tono de voz.- Por fin te dignas a llamarme.

- Estaba en una cita, lo siento.- Me reí levemente.- Pero cuéntame lo que me tenías que contar.

- Espera, ¿una cita? ¿Con quién? ¿Le conozco?

- No, no le conoces. Y sí, era una cita con un chico espectacular.- Me tiré en el sofá y suspiré mientras me acordaba de él.- Cuéntamelo, me tienes intrigada.

- No es nada, sólo que creo que me estoy "pillando" por Cat.- Me reí. ¿Se daba cuenta ahora?- ¿De qué te ríes?

- No me extraña, es muy simpática.- Llamaron al timbre. No esperaba a nadie.- Espera, que llaman al timbre.- Abrí la puerta y vi a un disgustado Scott. Tapé la parte baja del teléfono para que Myles no me escuchara.- ¿Qué haces aquí?

- ¿Me dejas pasar?- Me hice a un lado y él pasó como si estuviera en su casa.

- Myles tengo que dejarte, mañana hablamos. Besitos, te quiero.- Colgué el teléfono y me giré a ver a mi inesperado invitado.- ¿Me puedes explicar qué haces aquí?- No estaba enfadada, estaba sorprendida y por eso sonaba demasiado borde.

- Quería hablar con alguien y no se me ha ocurrido nadie mejor que tú. Siento no haberte avisado.- Me senté a su lado y le miré atentamente. ¿No se le había ocurrido nadie mejor que yo? ¿No tenía más amigas?

- ¿De qué quieres hablar?- Seguía sonando muy borde o era lo que yo notaba. Me sentía mal por él pero no podía cambiar mi comportamiento.

- He vuelto a ver al tío con el que vi a Mary.- Me levanté y fui a la cocina. Él me acompañó, supongo, que para no quedarse solo.

- Está bien. Tú has venido a que te anime ¿no? Pues eso voy a hacer. No actúes como un niño pequeño y supéralo. Ella te engañó, sí, ¿y qué? Ahora eres libre de estar con otra persona que te corresponda.- Le miré y esperé a que reaccionara pero no lo hizo.- Ya que estás aquí, vamos a hacer algo divertido.- Él me miró con una sonrisa maliciosa.

Con michelines y a lo loco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora