Capítulo 1: "Los ladrones no tienen privacidad"

359 14 7
                                    

Abrí los ojos exaltada al escuchar la puerta siendo tocaba con insistencia.

—Phonix cariño, ya es hora de levantarse.

—¡Ya estoy despierta! —avisé, al mismo tiempo que salía de mi cama e iba directo hacia el baño a hacer mi rutina de todos los días.

Por lo general no me preocupa mucho la forma en que me visto, y menos cuando no tengo otra opción que este uniforme de faldas largas y camisas de color blanco.

—Nena, tus amigos te esperan — escuché nuevamente.

—Ya casi estoy lista Xi. Diles que bajo en un segundo.

Dejé de dar color a mis mejillas y tomé mis cosas después de aplicar un poco de vaselina en mis labios.

—Okay, estoy lista.

Y salí de mi apreciada cueva, como dice mi nana.

—Phonix, hoy tardaste más de lo debido. La directora Martha nos matará —dijo Alisse, una de mis mejores amigas, desde que Nana y yo nos mudamos a este pueblo del estado de Vermont.

—Perdón, me quedé dormida —traté de excusarme haciendo que mis amigos rodaran los ojos.

—Adiós Señora Ximena.

—¡Adiós nana!

—Vayan con cuidado mis niños.
¡Y Phonix!—dijo nana y rápidamente se acercó con una carta entre sus manos—Entrega esto a la casa de la Meredith, y dile que es todo lo que pude conseguir.

—Sí, nana—contesté y guardé el sobre en el bulto que utilizaba como mochila.

Dí una última sonrisa a mi madre postiza y salimos a las calles de Burlington, así retomando el camino hacia la preparatoria.

—¿Hicieron la tarea del profesor Tilson? —preguntó Alisse mientras sacaba una manzana y la mordía.

—No había opción. Sabes cómo es —dijo Joe al mismo tiempo que miraba su reloj —. Recuerden que hoy iremos a casa de Fabio a ver la ¡televisión a color!
Lo que mejor que han podido inventar— comentó mi amigo—. En otras noticias, están consciente de que son las ocho y media. ¿Verdad? — y todos nos detuvimos.

—¿¡No faltaban cinco para las ocho?!

—¿Y le haces caso al reloj de Alisse? Sabes que está igual que ella.

La anterior nombrada lo miró aguantando todas sus ganas de verlo bajo tierra, y sin más, comenzó a correr en dirección a la preparatoria.

—¿¡No van a correr o qué?!

Joe y yo nos dimos una mirada algo cansona y fuimos detrás de nuestra loca amiga.

Al llegar al colegio, notamos que el señor que cuida la entrada no estaba en su respectivo lugar, así que después de una mirada cómplice, nos adentramos, y a pasos apresurados llegamos a clases.

—¡SEÑORITA FLAMENT! —salté en mi lugar al escuchar la voz de la directora principal.

Respiré hondo y giré sobre mis talones revelando aquella mujer con fracciones duras y ojos fríos.

PHONIX: Libro Uno De La Saga "RENACER" (1/5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora