~Sr. Hartright (1/?)~

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[OK, voy a asumir que quien este leyendo esto ya vio la mini-serie, we, esto va a pasar cuando él se va a Honduras, ok? ok -Bri]

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Me levanté sintiéndome extraña, como si algo me dijera que el día iba a tener algo de diferente; me vestí con un vestido simple rosado, odiaba el color, pero era muchísimo mas cómodo que lo que mamá quería que usara, apenas tenía algunos detalles, me permitía moverme con libertad y la tela era realmente suave. Bajé a desayunar donde Sandy, una de las empleadas, me esperaba con un té y tostadas, comí todo gustosa, terminé, y salí a los jardines para poder sentirme libre antes de que mis padres me dijeran como debía vestir o actuar. ¿De qué me sirve tratar a todos de Señor o Señora? Mucha gente es demasiado joven para llamarlos así, y muchas chicas son demasiado jóvenes para decirles también decirles Señorita. Comencé a pasar mis manos por las hojas de las plantas, disfrutando el aire fresco de la mañana, como la textura de las hojas me recordaba una especie de libertad que, según yo, no conocería nunca.

—Señorita Lensgher, su madre la está buscando— dijo Lilly, otra empleada, agitada.

—Enseguida voy— dije soltando un pesado suspiro.

Aleje mi vista de las hojas y me dirigí a la mansión junto con Lilly.

—Buenos días hija.

—Buenos días mamá— dije entrando al comedor, mamá estaba desayunando su clásico té.

—Otra vez ese vestido.

—Si, es cómodo.

—Parece una sabana vieja.

—Entonces denme mas vestidos así para que pueda variar.

—Tenes otros vestidos que son preciosos, ¿Por qué no los usas?

—Son incómodos y horribles, apenas si puedo caminar.

—Te quedan mejor, y no tenes muchos lugares a donde ir.

—El baño es un lugar, y es muy importante... —soltó un suspiro de cansancio— ¿Para qué me buscabas?

—Ah, si, eso. Tu padre te encontró un profesor...— ¿Un profesor?

—¿Un Profesor?

—No me interrumpas, es de mala educación— ustedes me educaron.

—Perdón.

—Bien. Si, un Profesor.

—¿Se puede saber de qué?

—De pintura, mas que nada rostros humanos, y si te puede enseñar buenos modales, también.

—¿De pintura? Y yo se hacer rostros.

—Si lo ves así, todos saben hacerlo,— gracias por hacerme sentir bien conmigo misma mamá— además, va a hacer los retratos.

—¿Eso no lo iba a hacer el Señor Bournes?

—Si, pero tu padre cambió de opinión, encontró a este hombre de Inglaterra, y ahora él va a hacerlos. Quiero que seas amable, que te vistas como se debe, y que por favor le hagas caso.

—¿Y si me quiere hacer algo malo?

—Eso no pasa— si pasa, es la verdadera razón por la que el cerdo de Bournes no va a retratar nada, porque lo encontraron violando a una mujer.

—Si pasa...

—No te va a pasar nada, parece que trabajó para otra familia y todo salió bien— suspiré con pesar.

◇Crush◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora