~I Hate Everything~

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En este último tiempo, vengo notando a Ben algo distante, como si no quisiera que estuviéramos en la misma habitación, como si lo incomodara mi presencia. Intenté alejar esos pensamientos, pero siempre siento que un día va a llegar y solo me va a pedir que me vaya.

Cuando tenemos sexo, todo se siente muy forzado y mecánico, y no puedo evitar compararlo con cómo era antes, cuando todo era romántico y aventurero, como si nunca nos fuéramos a cansar de nuestros cuerpos.
Ahora dice que necesita tener las luces apagadas, y por lo general me pone de espaldas a él.

Tuve un pequeño cambio de look, me corté el pelo porque creí que eso traería algo nuevo... pero no hice mas que alejarlo.

—Ya no sé que hacer, no quiero perderlo— le digo a Joe mientras me pasa una taza de té.

—¿No pensaste que ya es momento de que termine? E-es decir, no me malentiendas, pero Ben nunca fue muy de estar en relaciones largas, y ustedes están juntos hace tres años, eso es mucho tiempo.

—Pero lo amo... y ya no sé que hacer...

—Ay linda, no sé que decirte, aveces la gente solo es estúpida— me dice mientras se acerca a abrazarme.

Al volver a casa, cerca de las cinco, decido hacer algo lindo para él, una cena especial para que hablemos tranquilos sobre como seguir, porque yo así ya no puedo.

La idea de dejar la relación con Ben hace que me ardan los ojos y se me haga un nudo en la garganta. Me hace recordar cómo nos conocimos, cuando empezamos a salir, la primera vez que vine a su casa, la primera vez que hicimos el amor, la primera vez que nos dijimos que nos amábamos... todo parece tan lejano, como si hubiéramos estado casados por décadas.

—¡Llegué!

—¡En la cocina!— le respondo.

—Hey— me saluda desde el umbral de la puerta—, ¿Qué estas haciendo?

—Pasta, vi una receta que parecía fácil, no falta mucho.

—Emm.. okay— dice yendo a la sala a encender el televisor.

Tanto recordar me hizo darme cuenta de que en realidad él no me quiere, ya no. Antes, cuando llegaba de trabajar, solía abrazarme y llenarme la cara de besos, ¡Ni siquiera pasó tanto tiempo! Es como si fuéramos roomies.

Siento nuevamente que voy a romper a llorar, así que me fuerzo a pensar en otra cosa.

—La cena está lista— digo llevando los platos a la mesa.

Nos sentamos y vemos las noticias, esas son nuestras amorosas cenas, cada uno a un lado de la mesa, con el noticiero diciendo a cuanta gente le roban al día y cuanto subió la inflación.

—¿Cómo estuvo tu día?— pregunto.

—Bien. ¿El tuyo?

—Bien... fui a ver a Joe— asiente desinteresado—. Ben...— logro que me mire, con la confusión clavada en los ojos— ¿Me amas?

—Sí, obvio, ¿Por qué?— dice después de unos segundos.

Esos segundos me hicieron dudar de absolutamente todo lo que ya estaba dudando, y no puedo soportarlo.

—Por nada. Creo que va a ser mejor que me vaya a dormir, mañana limpio la cocina, ¿Si? Hasta mañana— digo rápido tratando de huir de la situación.

—¿Te pasa algo?

—Solo estoy cansada. Buenas noches.

Ver esa cama matrimonial no hace mas que llevarme a las lágrimas, así que me visto y me meto bajo las sábanas hecha un bollito.

◇Crush◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora