Capítulo 4

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-Matt, tranquilo, a lo mejor fue una estupidez. Ya sabes cómo es ella-dice una voz, la cual reconozco como Noa.

Voy abriendo los ojos lentamente, mientras ellos hablan, Sara, Noa y Matt, están a mi lado, sin darse cuenta de que ya desperté, sus caras se notan preocupadas, Intento levantarme, pero sus rostros se dirigen hacia mí.

-¡Keila, ¿Cómo te sientes?, ¿Estás bien?!- dice Matt en un tono alterado y preocupado apenas me ve.

-Yo...yo estoy bien, solo un poco mareada, pero, ya me pasará, ¿En dónde estamos?- digo algo confundida, mirando mi entorno, los mareos son pequeños pero me siento mucho mejor.

-¡Dios Keila. ¿Qué fue todo eso?. Me asustaste mucho!- Dice Sara acercándose a mí para abrazarme. Matt no aparta su mirada de mí en ningún momento, la cual está empezando a incomodarme.

-Tranquila. Solo fue un mareo- Digo y Matt bufa a mí lado un poco molesto.

-Tú y yo sabemos que eso no fue un simple mareo Keila. ¿Acaso no viste como te pusiste?. Estabas gritando, temblando, llorando. Eso no fue un simple mareo- Habla Matt y los recuerdos de esa familiar pesadilla vuelven a mí como el conocido mareo.

-Matt debes calmarte. Sabemos que no fue normal lo que sucedió- Dice Sara pero yo la interrumpo.

-Fue otra vez....otra pesadilla- Digo en un susurro y Sara y Matt dejan de hablar para mirarme, noto como Noa frunce el ceño y me mira también.

-Pero me dijiste que no las tenías ya- Habla Matt confundido.

-Mentí- Digo con la verdad, viendo como Matt me observa aún más molesto.

Siempre intenté ocultarles esa parte de mí, pero es imposible.

-Se supone que somos tus amigos. Debiste decírnoslo Keila- Dice Sara y siento como la culpa de no haberles dicho nada me consume.

-Lo siento, es solo que...es complicado. No solo son pesadillas...son algo más. Se sienten como si fuera real, no lo entiendo yo no- Intento terminar pero Matt me interrumpe.

-¿Qué fue esta vez?- Pregunta y mi cuerpo se tensa de inmediato.

-Fu...fui yo otra vez, pero no estaba sola- Digo recordando y noto como Matt me observa confundido.

-¿Quién estaba Keila?- Pregunta en un tono neutro.

-Estaba un chico, un chico que por lo que pude ver, conocía muy bien. Siempre veía una silueta, nunca veía a una persona. Pero esta vez fue diferente, esta vez lo ví- Digo recordando sus facciones y esos ojos azules que al recordarlos me estremecen.

-¿Quieres decir que era tu novio en el sueño?- Pregunta Noa acercándose curiosa.

-No lo sé, fue muy extraño- Digo y Sara se acerca.

-¿Qué tal si son recuerdos?- habla un poco dudosa y me tenso de inmediato.

Recuerdos, esa era una palabra muy delicada pera mí, pero es imposible, yo no haría nada de lo que sucede en esas pesadillas, jamás.

-No creo que sean recuerdos. Keila solo debes descansar...te llevaré a casa, vamos- Dice Matt e intento levantarme pero él me ayuda a salir de la enfermería, Noa y Sara nos siguen en silencio.

-Deberías ir al psicólogo. Tal vez te ayude con tus problemas- Habla Noa mientras camina a mi lado.

-Oye, ¡ Keila no está loca!- Dice Sara y Noa rueda los ojos.

-No te preocupes Sara, el hecho de que vaya a un psicólogo no me hace una loca- Digo con determinación y ella me regala una sonrisa.

Matt me lleva a su auto, diciendo que odia llevarme ahí, pero que no me dejará caminar. Me despido de las chicas al montarme y cierro la puerta.

-Bien, Keila no deberías venir estos días al instituto- Habla apenas arranca el auto.

-No es la primera vez que pasa Matt, estaré bien. Además tenemos que entregar los dibujos a la profesora mañana- Digo mientras muevo mis dedos nerviosos.

-Está bien. Lo que quieras-Dice y detiene el auto.

-Gracias Matt. Nos vemos luego- Digo y bajo rápido del auto.

Me dirijo a mí departamento y al entrar cierro la puerta, me dejo caer lentamente hacia el piso, sintiendo como la soledad me oprime, haciendo que lo poco que queda de mí, se vaya desvaneciendo como cenizas. Una lágrima resbala por mi mejilla recordándome lo débil que puedo llegar a ser.

Me levanto lentamente y seco mis lágrimas mientras tomo mi cuaderno para transportarme a otro mundo, un mundo que yo puedo crear, un mundo menos cruel que el real. Saco mis pinceles y una vez en mí mesa comienzo a trazar líneas, facciones, una tras otra y así sucesivamente, hasta tener mis manos llenas de carbón y tinta.

Caigo a la realidad y unos ojos azules, una mirada intensa, una sonrisa ancha y un rostro resplandeciente me devuelven la mirada, es ahí donde me doy cuenta de lo que he hecho.

Su rostro.

¡¿Qué me pasa?!

Suelto el pincel al observarlo, un pequeñísimo temblor abarca mi cuerpo y me levanto de inmediato para ir al baño, lavo mis manos y con ellas mi rostro, me observo en el espejo y noto mis manos inquietas.

Acabo de dibujar el rostro de ese chico de mis pesadillas, cosa que me hace recordar lo de esta mañana, esa pesadilla. Un escalofrío recorre mi cuerpo al revivir ése horrible final, esa bala rozando mi brazo, inconscientemente, dirijo mí mano hacia la zona afectada en esa pesadilla.

Una pequeña cicatriz adorna mí brazo izquierdo, tiemblo casi al instante al sentirme aún más confundida que antes.

Al no saber nada...

Al ya no saber distinguir entre la realidad y una simple y horrible pesadilla...


Nota:

¡Holiss!. Disculpen la tardanza, es que ultimamente hemos estado muy ocupadas, pero tranquiloss no olvidaremos a nuestros lectores..

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Besoss...

Cenizas Del Pasado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora