Capítulo 1

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4 MESES DESPUÉS...

Abro mis ojos que con dificultad se van despegando, no logro identificar mi entorno, paredes blancas, todo blanco.

Intento moverme pero se me hace imposible, es como si estuviese congelada, mis huesos duelen al primer intento, incluso procuro hablar pero nada sale de mi boca y al no reconocer nada, el miedo me consume.

¡¿Qué hago aquí? ¡ ¡¿Dónde estoy?!.

Empiezo a moverme desesperadamente sin importar el dolor que siente mi cuerpo. La puerta se abre y entra una mujer algo asombrada con uniforme de enfermera.

-Querida te recomiendo que no te muevas mucho, llevas cuatro meses en coma, tu cuerpo se está adaptando. Tú...¿recuerdas algo?-habla y noto como sus ojos reflejan lástima.

¿Por qué me mira así?.

Intento responder pero... no recuerdo nada, siento su mirada en mí y por alguna razón no se que responderle. Ella se da cuenta y me entrega unos papeles que miro confundida.

-Has tenido un accidente de tránsito, te han traído a este hospital aún inconsciente. Un joven me entregó tus datos...y se fue, debo decir que se quedó un buen tiempo, pero cuando mejoraste un poco decidió irse. Odio ser la que te diga esto pero... tus padres y tu hermanita no han sobrevivido al accidente- dice y siento como mi cuerpo se tensa con esas palabras.

¿Por qué no recuerdo nada?.

- No recuerdo nada. ¿Qui... quiénes son mis padres?. ¡ ¿Por... por qué no recuerdo nada?!. ¡¿Quién me trajo?!-alzo la voz sintiendo mi garganta arder pero no me importa, solo quiero tener respuestas de todo y de ese chico que me ayudó.

¿Quién era?. Mis nervios son cada vez más grandes y me empieza a faltar el aire.

La enfermera se pone de pie de inmediato y llama a alguien que no logro escuchar. Estoy asustada. No sé nada, no... sé quién soy. Logro ver a un hombre de mayor edad entrar rápidamente.

-¿Qué le dijiste?-habla él en un tono acelerado mientras me mira y luego a la enfermera.

-¡Lo siento!. Solo le dije lo que me ordenaron que le dijera. Un... un chico vino y..yo - no pudo terminar ya que el señor la calló de inmediato.

-¡¿Cómo hiciste tal cosa, estás loca?! ¡Acaba de salir de un coma, puede que ni siquiera sepa quién es!- habla el señor y luego se me acerca. Mientras yo en la camilla no dejo de temblar.

-Señorita Keila debe tranquilizarse. Le explicaré todo, pero debe calmarse-dice en un tono alterado.

Miro nuevamente mí alrededor e intento calmarme mientras mis latidos feroces se van apaciguando. Él lo nota y habla.

-Bien. Por lo visto ya le han informado parte de la tragedia- dice y toma los papeles que antes me habían dado-En estos documentos está su nombre, su identidad y todo acerca de usted. Temo decirle que sus padres han fallecido, pero ésa persona que la trajo dejó una gran cantidad de dinero para usted- termina de hablar y lo único que hago es mirar los papeles con toda mi información.

Keila Jones, 19 años, huérfana, sin familia. Esa era mi identidad, ésos papeles eran lo único que me decían quien era ahora, pero no me sentía yo, una lágrima abandonó mis ojos sin saber el por qué de su salida, no tenía ningún recuerdo de mis padres ni siquiera de mi hermanita. Sentía un gran vacío, un vacio de que algo me faltaba, no recordaba nada, y eso...eso me iba matando por dentro al saber que estaba sola, sola en un lugar sin sentido para mí.

Cenizas Del Pasado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora