Cap 12

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Miércoles 18 de septiembre del 2019

10:30 pm

jungkook salió de aquella habitación envuelto en un vendaval de emociones difusas que oscilaban entre rabia y tristeza, que sólo lograban confundirse más en su cabeza a medida que cruzaba el sendero lleno de árboles que daba a los bancos cercanos a su residencia.

Bajo la luna oscura y tranquila, logró recostar su cuerpo en la superficie de cemento. El viento movía las hojas y la imagen lúgubre se formaba. A pesar de que el campus no se encontraba vacío, ya que muchos estudiantes rondaban a esa hora; algunos regresaban a sus residencias y otros iban camino a la salida de la universidad. Sin embargo, ¿por qué todo parecía tan apagado, tan muerto?

Apretó su cuerpo contra la gran sudadera que traía puesta, buscando apaciguar el frío que comenzaba a sentir. Subió la capucha que al ser de talla más grande, logró cubrir su rostro completo.

Aún cabizbajo y sin fuerzas, llevo las manos a sus ojos, para poder retener aquel fluido que recorría sus mejillas.

Todo había ido de mal a peor. Y por más que quisiera, no podía acallar lo que su cuerpo le reclamaba.

Tampoco entendía a la perfección el por qué de sus emociones, si todo lo que su mayor había expresado era cierto. Absolutamente todo era cierto; tan solo era un niño mimado que no supo como manejar sus sentimientos hacía su mejor amigo, un niño que no supo responder ni aceptar el rechazo. Un niño caprichoso que quería todo el amor para él. Y que rompía con los estándares de la sociedad a cada momento.

Dicen que mientras más se te niegue y prohíba la manzana del pecado, más dulce sabrá ésta. Así que Jungkook se preguntaba; ¿qué tan prohibido era amar a Yoongi? Si tan solo con verlo su paladar regocijaba de sensación dulce, pero a la vez amarga del peligro. Su Hyung era como ese algo inalcanzable que su orgullo no daba por perdido.

Llevo sus manos hacia su cara y apretó un poco sus mejillas, no lo suficiente como para sentir presión alguna, pero por lo menos podía crear un soporte para su ya cansado rostro. Lo cual lo llevó eventualmente a gritar de frustración. No entendía nada.
¿Por qué el humano era así de complicado, por qué podíamos crear guerras sobre pequeños asuntos que se resolvían sin siquiera intentarlo? El corazón era un órgano cruel, el cerebro uno bastante egoísta y ambos eran una terrible combinación, que lamentablemente, coexiste con la esencia humana.

Sentía el cansancio y aquel peso imaginario presionaba sus hombros, sinceramente estaba bastante agotado. Tanto físicamente como emocionalmente, básicamente había cruzado ambos polos en menos de un día; pudo hacer el amor después de mucho tiempo con esa persona especial, para que después ¿esa misma persona rompiera con él? Si es que había algo que romper...

Sintió unas ganas inmensas de llamar a su madre y decirle que él no era un "emo suicida único y detergente", si no que simplemente le gustaba enredarse la vida, para después sufrir por ello. Felicitaciones a Jeon Jungkook y a su, tanto trágica como ridícula, existencia.

Dejo salir un ligero suspiro ya un poco más liberado de toda esta nube de preguntas ansiosas sin respuesta alguna. Quería dormir, descansar un poco. Agradeció enormemente al cielo por no tener clases asignadas en el horario de la mañana, porque quería acostarse en alguna cama y morirse un ratito. Pero definitivamente no iba a regresar a ese dormitorio, no hoy y no mañana. Maldita sea, estaba sumamente molesto (además de dolido) y aún era un muchacho muy orgulloso, no se iba a doblegar tan fácilmente.

Si tres es multitud, en orgía es mejor (BTSxBTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora