PERFECTA ILUSIÓN [Billdip]

Capítulo 12: Hierapolis entrada al infierno

Bill recorría los jardines de la mansión, antes de que por fin aterrizarán lo cual era una cuestión de minutos, debido a que ya se encontraban en la atmósfera de la Tierra además de que no hace mucho habían pasado a la Luna.

Él se encontraba justamente en ese instante en la zona de las estatuas de piedra, hasta que vio como unos cuervos se dirigían a un pedestal del lugar, y que iniciarán a caer plumas negras mostrando entre ellas a la denominó de cabellera azabache.

—Hola Bill — saludo.

—Parece que siempre tienes un vestido nuevo Ikisaki — le respondió el rubio a la "chica".

—Siempre uno nuevo para la ocasión — expresó mientras de un salto bajaba.

—¿Y qué es lo que deseas en estos momentos cuando ya casi llegamos a nuestro destino? — le preguntó Bill mientras la mantenía observando fijamente cada uno de los movimientos de la oji-rojo.

Por su parte Ikisaki caminaba de forma elegante alrededor del que se suponía era su "líder" en aquellos momentos.

—¿Qué interesante que dijeras la palabra destino? — hablo mientras ponía su dedo índice en sus labios como de forma pensante — ya que el destino no sólo es un lugar, sino algo que probablemente ya está escrito y ocurre de forma inevitable — en eso hizo una pausa y de forma rápida se colocó detrás del rubio — aunque uno puede llegar a tener más de uno — dijo casi susurrando y estando a punto de colocar sus manos en los hombros de Bill.

Pero este reaccionó a tiempo y se movió de forma rápida, esquivándola y viéndola de frente, mientras se acomodaba el traje.

—Gracias por la información Ikisaki — dijo antes de darse la vuelta y retirarse de ahí.

—No lo olvides, ¡Muchas opciones y solo una se cumplirá! ¡JAJAJAJA! — expresó mientras reía y ella igual se retiraba.

Pov Bill

Eso estuvo cerca, casi me tocaba y no podía permitirle hacerlo, no me agradaría que ella supiera parte de mi destino, eso sería problemático.

Ella en sí es peligrosa si no se tiene cuidado y la gran mayoría de los de aquí lo sabemos, con un simple roce que haga de forma intencional puede ver un poco del destino de quién tuvo contacto. Uno pensaría que eso no es mucho, pero para ella es más que suficiente para saber cómo jugar con este a su favor.

Por ese mismo poder la he mantenido en mi lado, obvio tomando las precauciones necesarias, siendo que cualquier mínimo descuido Ikisaki lo podría utilizar a su favor, aunque eso depende de su interés que tenga, pero nunca está de más estar al pendiente.

Después de pensar aquello me digno por fin entrar en la mansión e ir a la alcoba donde se encontraba mi querido Pino.

Los pasillos se encontraban silenciosos después de toda una semana ajetreada por todos los que habitan aquí, por lo que disfrute el silencio mientras caminaba.