Valentina

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We might die from medication,
but we sure killed all the pain
what was normal in the evening,

by the morning seems insane.

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Valentina juraba que no podía tener nada bueno en su vida.

Juliana le había dicho una vez que había nacido con suerte, pero es la primera vez que cree que la otra chica esta muy equivocada. Valentina no sentía que tenía suerte. Su mamá había muerto cuando ella estaba todavía demasiado chiquita, y no habían tenido aún la oportunidad de hablar de nada importante. No había estado cuando más le hacía falta una madre.

Su mamá no había estado ahí cuando se graduó de la primaria, o la primera vez que ganó un concurso de equitación. Incluso la primera vez que le vino la regla -tuvo que hablar con Silvina, porque le daba verguenza decirselo a su papá o a Guille, y Eva siempre había sido una amargada, incluso de adolescente. Y ella quería mucho a Chivis, pero al final del día era una empleada -alguien que tenía a sus propias hijas a las que sí cuidaba porque las amaba, y no porque le pagaban por hacerlo.

Y tan solo un año después, a punto de cumplir los quince, se fue a Canada. La enviaron a Canada, más bien, a hacer el high school. Su regalo de quinceañera fue un viaje por Europa con tres de sus amigas. Su papá la felicitó por video llamada, igual que sus hermanos. Nunca le hicieron la fiesta, y a Valentina eso le habría hecho más ilusión, aunque fuera una tontería. Hubiera querido tener un vestido que su mamá le hubiera ayudado a escoger, y media docena de chambelanes, y que la despertaran con mariachis a las 5 de la mañana. En cambió se había encontrado tan lejos de Mexico, en un país el triple de frío, con amigos que apenas empezaba a conocer. Nadie con quien hablar, más todo el dinero del mundo a su disposición para hacer lo que se le viniera en gana -fuera bueno o malo. ¿Era eso tener suerte?

Ese año perdió la virginidad, y le hubiera gustado esperar. Si hubiera sabido que el sexo podía ser tan bonito como había sido con Juliana -y le dan ganas de llamarlo 'hacer el amor', no solo sexo- entonces hubiera esperado todo el tiempo del mundo. Había estado a punto de cumplir 16, medio borracha para calmar los nervios, y le había dolido horrores. A la mañana siguiente, por primera vez desde la muerte de su mamá había deseado fervientemente que estuviera viva, para darle consejo. Había acabado hablando con sus amigas del internado sobre esos temas, y había quedado pensando que igual y era ella la del problema.

También se había sentido sola entonces, incluso más de lo que se sentía decepcionada por todo el concepto. Y por supuesto, nunca más hablo con esas amigas después de irse de Canada. Some friends they were.

Valentina se estaba dando cuenta que igual y todos los amigos que ha tenido habían sido una mierda.

Cuando volvió a Mexico y su mamá -a base de alcohol y fiestas y experiencias nuevas- no era más que un recuerdo doloroso, pensó que las cosas estarían mejor. Terminó la preparatoria, entró a la universidad. Tenía amigos, tenía un novio que se supone la quería. Todo estaba en su lugar. Habían sido unos buenos años. Y luego murió su papá.

Pensar en él no le causa más que angustia. ¿Que diría si estuviera aquí? ¿Sería como Eva o como Guille? Valentina intenta recordar si alguna vez hizo algún comentario en alguna cena sobre los derechos de parejas gay, pero no le viene nada a la mente. Y lo extraña tanto. Lo extrañaba cuando estaba vivo, pero no es nada comparado con lo que lo extraña ahora.

Sober || JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora