A/N: Disculpen la demora! Este capitulo es bastante largo para compensar. Por fa dejenme comentarios y haganme saber que les gustó y que no, o cual fue su línea favorita. Me motiva a escribir más rápido.
Juliana salió del cuarto a paso apresurado, intentando con todas sus fuerzas alejarse de la imagen dentro de aquella habitación.
Si Val era egoísta, entoces ella era una cobarde.
-¡Para!
Aceleró aún más al escuchar al hermano de Val a sus espaldas. Hace un momento se había olvidado de que estaba en la habitación por completo. Su mundo entero se había resumido en Juliana, aunque sus hemanos estuvieran en la habitación, ambos con muy distintas opiniones de ella. Guille había pedido que la trajeran. Eva deseaba que ella no estuviera. Juliana no podía respirar.
-¡Juliana!
Se detuvo al sentir su mano en su hombro, y se volteó. Se mordía el labio con rabia, intentando evitar llorar.
-¿Que fue eso?- le reclamó Guille. Juliana no dijo nada. Ni ella misma sabía que había sido. No pensaba decirle todo eso a Valentina, pero de repente las palabras se escapaban como ladrones al abrir las puertas de una prisión. -No creí que fueras así. Creí que querías a mi hermana -continuó Guille. -¿No te importa ni un poco?
-Claro que me importa -le dijo Juliana. Por supuesto que le importaba. No solo eso, la quería, la quería mucho. Quizás hasta la amaba, aunque en su vida había visto aquel sentimiento en acción tan pocas veces que en realidad no sabía que era.
Todo lo que sabía era pensar en que Valentina pudo haber muerto le producía tal terror que le daban naúseas, y el mundo entero se ponía negro.
-¿Entonces me explicas porque la dejaste llorando ahí dentro?-preguntó Guille. -¡Despues de que acaba de despertar en el hospital!
Juliana respira más rápido. Mira detrás de Guille, en busca de la salida. Necesita irse, esconderse.
-¿Vas a huir?-preguntó Guille.
Juliana no sabe, en realidad no sabe que hacer. Valentina es la que sabe, siempre. Val es la que llevó a su casa a descanzar cuando su mamá estaba secuestrada, la que estuvo con ella, cuidándola. La que consiguó publicar la nota que los secuestradores pidieron en el periódico. Y cuando encontraron a su mamá, le dió la idea de hacerla pasar por muerta. Valentina incluso le prestó la casa donde esta viviendo, le prestó su propia ropa para vestirla.
Y Juliana...ella no es capaz de devolverle el favor.
En el momento en que Valentina más la ha necesitado, ella le grito palabras hirientes y la dejó llorando.
-Eso le pasa a mi hermana por enamorarse de niñas malcriadas -dijo Guille.
Quizás sí era una niña estúpida. Quizas Guille tenía razón, y era una malcriada, pero no en el sentido usual de la palabra. Sencillamente, la habían críado mal. En sus 18 años ya ha perdido la cuenta de las veces que había visto a su papá enojarse y empujar o abofetear a su mamá, o inclusive llevarsela al cuarto a rastras para cosas en las que prefería no pensar. ¿Cuantas veces la calló a nalgadas el Chino, o le prohibió jugar, o peor aún, la trató como si no existiera?
Quizás Valentina se merecía a alguien mejor, alguien que supiera como se ama a alguien bien, alguien que no hubiera tenido a un sicario como el Chino de ejemplo toda su vida.
Pero aún así, era orgullosa, usaba ese orgullo como un escudo para protegerse con aquellos que la miraban mal por vestir ropa muy usada, on vender boletos de lotería, o que resoplaban al esperar que ella contara las monedas de 1 y 2 pesos para llegar a pagarse una hamburguesa.
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Sober || Juliantina
RomanceValentina vuelve a su viejo compañero de batallas -el alcohol- y comete el error de mezclarlo con algunas de sus "pastillitas", con resultados catastróficos. Jacobo piensa que es su culpa por haber sido mal padre, Guille piensa que es su culpa por...