Sober || Juliantina

Lucía

-Valentina...

Lucía se adentró en la habitación de hospital. La hija menor de León se encontraba hecha un ovillo en la camilla, y gruesas lágrimas corrían por sus mejillas. Lucía se acercó, y le puso una mano en la pierna, pero esto solo provocó que Valentina rompiera a sollozar. 

-Perdón,- dijo Valentina, intentando calmarse.

-No pasa nada, -le dijo Lucía, sentandose al borde de su cama. Valentina cubrió su rostro con sus manos, algo que Lucía la había visto hacer antes. Parecía querer esconderse del mundo detrás de sus manos, como si aquello que la hacía sufrir desaparecería si no lo podía ver, o no podía verla a ella. Lucía sabía mejor que nadie que eso jamás funcionaba.

-Perdón, en serio, -dijo Valentina, mirandola por primera vez desde que entró. Sus ojos azules estaban rojos por el llanto, y...Lucía frunció el seño. Por algún motivo, le recordaban muchísimo a los ojos de Jacobo. No solo en su color, que parecía el del océano, pero también en su mirada. Sacudió la cabeza. Jacobo y Valentina no tenían nada que ver, y ella probablemente estaba tan enamorada perdida que lo veía en todas partes. 

-¿Que pasa?- le preguntó suavemente a Valentina. -¿Esa era una amiga? -preguntó, haciendo referencia a la chica que salió corriendo justo cuando entró ella.

-Juliana.

-Claro. - Quizás la había visto en la casa de visita en alguna ocasión.

-Bueno, no,- se corrigió Valentina. -No es mi amiga. Digo...

Valentina se cubrió la cara con las manos,y Lucía sintió una punzada en el pecho. Sin importar cuan fría creía haberse vuelto después de ver a tantas mujeres llorando por cosas mucho peores en el lugar donde creció, seguía sin estar hecha de mármol. 

-Respira,- le dijo a Valentina, apretandole el hombro con cariño. -No me gusta verte así. ¿Tu y tu amiga se pelaron? -se aventuró a preguntar. No era la primera vez que conversaría así con Valentina, y en realidad no le importaba hacerlo. Nunca había tenido amigas verdaderas, e imaginaba que así serían las charlas entre mujeres. La mas joven de los Carvajal era un sol, no se merecía estar así, y si Lucía podía hacer algo para mejorarlo, lo haría.

-Te acuerdas que te dije que...no sabía diferenciar si sí es amor o no es.

Lucía frunció el seño, debido a que aquella conversación la habían tenido hace tiempo, y no parecía tener nada que ver con la situación actual, pero asintió.

-Sí, me acuerdo.

-Pues de verdad que no tenía ni idea. Osea, lo que tenía con Lucho...no le llega ni a los talones a lo que siento por Juliana. 

Lucía levantó las cejas automáticamente. De todo lo que esperaba que pudiera salir de la boca de Valentina, eso fué lo último. Pero sin embargo, recuperó la compostura, y se concentró en la chica en frente suyo. 

-Ah. Ya veo. ¿Así que es tu novia?

Valentina le dirigió una mirada abochornada, y Lucía le ofreció una pequeña sonrisa.

-Me da mucho oso hablar de esto, -dijo Valentina, tapandose la cara nuevamente. 

-¿Por qué? -preguntó Lucía, acostumbrandose a la idea. Le parecía casi cómico, debido a que Valentina era toda una fashionista, la princesa de su papá, y además tenía novio, hasta donde Lucía sabía. No era el esterotipo que ella habría esperado. Pero Lucía más que nadie sabía que en el corazón no se puede mandar. -No te averguenzes del amor, Valentina.

Valentina se destapó la cara, y la miró nuevamente.

-¿A ti te parece bien? -le preguntó Valentina, con una inseguridad que no le había visto nunca a la niña.