Renata

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Renata tuvo que mostrar su identificación en la recepción para que la dejaran subir.

No estaba acostumbrada a hospitales como estos, tan sofisticados, donde hay tan poca gente que te atienden apenas entras. La verdad no se sentía cómoda aquí, pero por Guille se lo aguantaba. Había estado muy alterado en el teléfono, y a ella se le habia formado una piedra en la boca del estómago al escucharlo en medio de tanta angustia y no poder abrazarlo. 

Subió al piso en el que se encontraba internada la hermana de Guille, y lo ve nada más abrirse las puertas del elevador.

-¡Renata!La abrazó tan fuerte que apenas puede respirar.

-¿Cómo esta tu hermana?- Le acarició la mejilla mientras esperaba su respuesta.

-Esta bien. Despertó hace un rato pero se peleó con Eva y la volvieron a sedar. Está dormida ahora. Pero va a estar bien. 

Renata asintió.

-Me alegro. 

-No se como pudo haber pasado esto. Quizás no me debí haber ido de la casa, quizás...

-Ey, no. No es tu culpa. Ya saben que fue lo que tomó, o...

-Tengo una idea. Cuando yo tenía su edad...bueno, así eran las fiestas. Las drogas estaban ahí y ya.- El sacudió la cabeza. -El día de mi cumpleaños Val iba colocadísima. Pero siempre lo había hecho para divertirse, igual que yo. Ella no tiene un problema.

-Pero es que las drogas son un problema, Guille. Aunque sea una vez. Esa no es manera de divertirse.- Renata no se imaginaba vivir en un mundo como ese.

Guille se pasó la mano por la cara.

-Me estoy dando cuenta.-Antes de que Renata pudiera contestarle, sonó su celular, y Guille se apresuró a contestarlo. Después de una pequeña conversación, lo cerró y volteó hacia ella.-Juliana viene subiendo.

-¿Quién es Juliana?

-Es una amiga de Valentina. -Guille pausó. -Su novia, en realidad. 

Renata alzó las cejas. 

-¿Su novia? No sabía que tu hermana era gay.

Guille se encojió de hombros. 

-Ella tampoco hasta que la conoció, o eso me ha dicho. -Guille comentó. Renata sonrió. Recordó lo que Guille le había contado, de lo cercano que era a su hermana y como se contaban todo. Con razón estaba tan destrozado hace poco, cuando las cosas no estaban tan claras.

-Bueno, eso es genial.

-¿Sí?

Renata lo miró extrañada.

-Por supuesto. No hay nada malo en ello. A cada quien le gusta lo que le gusta, ¿no?

Guille la besó entonces, fuerte y rápido.

-¿Y por qué fue eso?

-Por ser perfecta.- Contestó el. -Y nada como mi hermana Eva.

Renata hizo una mueca.

- Créeme, ciertamente no quiero ser Eva, ni nada parecido a ella. No se como es tu hermana, la verdad. Sin ofender. 

-No me importa si la ofendes, se lo merece. No solo por todo lo que nos ha hecho pasar a nosotros, pero a Val también. Ha hecho que Valentina la pase mal por estar enamorada de una chica.

Si es posible, el disgusto de Renata por la mayor de los Carvajal aumenta. No le dió tiempo a decirle a Guille que encontró aún otro motivo por el cuál no quiere ver a su hermana mayor ni en pitura, porque de repente, una joven con pantalones de mesclilla y zapatillas gastadas salió del ascensor. Ella se destaca aquí, como Renata misma. Ninguna de las dos termina de encajar aquí. La niña en realidad le recuerda a sí misma. Su ropa se nota gastada, pero limpia y planchada. Renata sabe cuánto trabajo cuesta que la ropa que tienes se vea bien, aunque le des mucho uso, lo recuerda aún de su infancia. Ella siente un punto de ternura por extraña.

Sober || JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora