Capítulo 8

121 23 9
                                    


-Yo creo que están siendo unas exageradas- bufa Fred mientras acaricia la cabeza del animal que está perfectamente acomodada alrededor del hombro de Valentine.

-Si no dejas de acariciar a esa cosa no te dejaré tocar mis waffles, Fred Thomson- espeta mi madre.

-Más te vale hacer caso, Thomson- comento -Y por favor dejen de discutir, anoche no pude dormir tranquila sabiendo que ese reptil está viviendo bajo mi mismo techo.

-¿Sólo eso te quitaba el sueño?- el castaño alza una ceja -¿O hay algo que te tenga nerviosa?

-Nada- le lanzo una mirada asesina.

Fred alza sus cejas y me sostiene la mirada hasta que mi madre carraspea.

-¿Qué quieren decir esas miraditas? ¿Acaso hay algo que debería saber, Lizz? ¿Un muchacho te quita el sueño?

-¡No Mamá!- chillo y estoy segura que mi cara debe parecer a un tomate.

-¿Tratas de desaparecer, hermana?, porque creo que te equivocaste de color ¿O es que no queda algo transparente en tu tintero?

-Los odio- bufo y doy un mordisco a uno de los waffles ignorando sus risas de cómplices.

-Entonces... ¿Debe comer ratas?- continúa el muchacho.

-Sí y algunos insectos o arácnidos que ella encuentre por ahí- confirma Valentine -Aunque la vendedora me recomendó dejarla en su terrario mientras yo no estoy en casa, porque suelen ser agresivas con los desconocidos- me ahogo con la comida en mi boca atrayendo la atención de los presentes, incluyendo al réptil.

-Si Lizzi no se esfuerza por conocer a la señora Olivia, jamás será su amiga- Thomson vuelve a acariciar la cabeza de la serpiente procurando que mi madre esté ocupada en echar miel a los wafles.

-¡Le agradas Freddie!

-Así es, ¡Olivia y yo seremos mejores amigos!- hago un gesto de indignación y al ver que no se percatan, vuelvo a bufar -Tu si me agradas bonita... No eres gruñona como esa loca de ahí...- hace un ademan hacia mí posteriormente chillando y escondiéndose tras Olivia al notar que ya lo estaba mirando.

Valentine suelta una carcajada al ver la expresión asustada de mi mejor amigo.

-¡Tenías razón cuando me sugeriste adoptar a una mascota, Freddie!

Mi madre ahoga un grito.

-¡FUISTE TÚ!

-Hey Camille... ¿Qué te parece si me das de desayunar y luego discutimos eso?

La expresión de la doctora Grey se transforma inevitablemente en una gran sonrisa y no puedo evitar imitar su gesto y mirar a los ojos a Fred agradeciéndole en silencio.

Él está aquí por una razón, la misma razón que lo hace venir a desayunar cada día de la semana desde la partida de mi padre... Él está aquí para asegurarse que no hemos dejado de sonreír, para mantenernos firmes, aunque no le corresponda hacerlo, él quiere ayudarnos y no puedo hacer otra cosa que adorarlo con todo mi corazón por ser un chico realmente fantástico.

...

-Les recuerdo que en la clase del próximo lunes deben hacer entrega de los informes e incluir el factor sorpresa para la presentación- recuerda el maestro Dewey por tercera vez en lo que va de la clase.

Suspiro y continúo enlistando las mejores obras inglesas según mi criterio.

-Seguramente a su compañero se le perdió el salón, ¿No Grey?- tomo una larga inspiración antes de subir mi vista y anclarla en el hombre que se encuentra a mi lado.

Volver A SentirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora