⤑Dedicado a lonelydarknxss espero que te guste, beba. <3⬸
Tan solo había pasado una semana desde que las vacaciones habían comenzado y junto con ellas, el "trabajo" de Millie. Tenía que admitir que estaba siendo todo lo contrario a lo que imaginaba. Para empezar, ver a un chico lindo todos los días no venía incluido en el trato, pero no se quejaba. Si, Finn Wolfhard era un cliente frecuente, incluso, llegaba a ser el único algunos días.
Ese día, había despertado bastante temprano y, al no tener nada que hacer, decidió preparar unas galletas, tal vez podría venderlas junto a la limonada. Quizás debió preparar el desayuno, pero, no le pareció buena idea, no después del incidente que tuvo hace algunos meses, estuvo a punto de quemar la cocina y dañó el sartén favorito de su madre. Aún que, si lo veías de esa forma, hacer galletas tampoco era una muy buena idea.
Después de hacer un completo desastre preparando la masa, las puso una bandeja e intento hacerlas lo más redondas posibles, algo en lo que falló. Las dejo en el horno y ahora tan solo tenía que esperar 15 minutos para que estas estuviesen listas, no debía fallar.
[✰]
El peculiar olor a quemado inundaba la cocina y comenzó a llegar a la sala. Millie, quien estaba en el sentada en el sofá revisa su celular, pudo percibir el olor, al principio, le pareció extraño, pues, nadie estaba cocinando, solo fue cuestión de segundos para que recordase que tenía las galletas en el horno. Se levantó de un brinco y corrió a la cocina, abrió la puerta del horno y miró las galletas.
—Mierda, se quemaron.
Sacó la bandeja con un guante de cocina, ora evitar quemarse, y la puso sobre la mesa.
—Nadie comprará esto. —Dijo, mientras miraba las galletas.
[✰]
Desde que dejó la bandeja sobre la mesa del puesto de limonada, no dejaba de verlas. Había intentado quitarles las partes quemadas con un cuchillo, pero seguían sin verse bien, pensó también en que podría decorarlas, pero no quería arruinarlas más de lo que ya estaban. Había pensado en vender las galletas a un dólar, pero al ver el desastre que eran, no podía si quiera venderlas.
Unas cuantas personas habían pasado a comprar limonada, nadie tocó una sola galleta.
Estaba por entrar a su casa, por un momento, para dejar las galletas y no seguir pasando vergüenza al ver como las personas intentaban no reírse al ver las galletas. Su acción fue interrumpida por Finn, quien se paró frente al puesto de limonada.
—Millie, hola. —La saludo.
—Finn, me alegro de verte. —Sonrió. —¿Limonada?
El chico asintió energético.
La castaña comenzó a servir limonada en uno de los vasos. Finn miró con curiosidad las galletas que Brown había preparado y no pudo evitar preguntar sobre ellas.
—¿Y esto? —Preguntó Finn, señalando las galletas.
—Oh, son intentos de galletas, los hice yo. Pensaba venderlas, pero, son un asco, así que, las llevaré adentro. —Dijo, dándole el vaso de limonada.
—Quiero comprar una.
—Solo tómala, Finn. No tienes que comprarla. —Dijo ella.
—¿A cuanto pensabas venderlas?
—Finn, toma la galleta, no es necesario que pagues por esa cosa quemada.
—Insistiré hasta que me lo digas. —Sonrió.
—Solo dame un maldito centavo por la galleta.
—Lástima, no tengo monedas. —Le dio dos dólares a la chica. —Una galleta y dos vasos de limonada.
Millie viró los ojos. —Eres un poco molesto, ¿sabes?
—Si, pero, soy bastante lindo, ¿no lo crees? —Pregunta, sonriendo.
—Jamás dije lo contrario.
Finn ríe y termina su limonada, la castaña le sirve más limonada.
—No has tomado tu galleta.
—Cierto. —El pelinegro toma una de las galletas que estaban en el plato. —Si me pasa algo, tal vez un beso me ayude a despertar. —Le guiña un ojo.
—Claro, con gusto voy por mi hermano, el sabe dar primeros auxilios.
—Que graciosa.
El chico muerde la galleta y Millie reza porque esta no tenga un sabor tan malo. Pasan unos segundos, hasta que el pelinegro vuelve a hablar.
—Tengo que admitir que es no está tan mal.
La castaña soltó un suspiro de alivio.
Tan solo unos cuantos minutos después, Finn termino de comer su galleta y beber su limonada.
—Es tiempo de irme, ¿nos vemos mañana?
—Te estaré esperando. —Ella sonríe.
El chico se va y la sonrisa de Millie no desaparece.
No me gustó, pero, ya que.
Si te gustó, te agradecería que me regalaras una estreshita :3.
Gracias por perder un poco de tiempo leyendo esto~
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Lemonade || Fillie (EN EDICIÓN)
Fanfiction❝La limonada se distingue, principalmente, por ser un poco amarga. La que Millie preparaba, era más bien dulce, tan dulce como lo era Finn. En donde Millie se encarga de el puesto de limonada de su pequeña hermana, mientras ella asiste a un campamen...