Tony yacía dormido encima de su escritorio, sosteniendo aún su pedacito de metal nanotecnológico. Su cabeza estaba incrustada en el frío vidrio de la mesa, pero sus ronquidos hacían saber que estaba disfrutando el sueño, haciéndo sonreír a Pepper Potts.
De momento, ella lanzaba una sonrisita de ternura al ver a su querido Tony dormido como un niño después de un largo rato de juegos. Se acercó con una manta entre sus manos, con la disposición de abrigarlo, ya que resultaba imposible llevarlo al piso de arriba. En el intertanto que lo hacía, se fijó en las pantallas que FRIDAY mantenía abiertas en el holograma.
–Katmandú...–susurró ella mientras leía la información.–¿Será que quiere vacacionar allí?
–Lo siento, señora Potts pero es un asunto confidencial.–la voz de FRIDAY la hizo saltar del susto.–El señor Stark me dio órdenes de no otorgar ninguna información acerca de este tema.
Acto seguido, las pantallas se cerraron automáticamente. Pepper ladeó la cabeza hacia un lado, pero al poco tiempo creyó comprender lo que estaba sucediendo: Stark la iba a invitar a Nepal. Tal vez allí podrían consolidar su relación. Sonrió ante aquella idea y su sangre viajó hasta sus mejillas. Tony no era nada cuidadoso con sus asuntos sorpresa.
Colocó la manta sobre la espalda de Stark lo besó en la frente, rebosante de alegría. Lo amaba como a nadie en el mundo.
Al salir de la sala, se dispuso a ordenar los muebles del primer piso. No estaba conforme con el orden que Tony había puesto, y aunque ella comprendía la razón del porqué él decidió comprarlos, no hayaba la respuesta de las intenciones de Stark por conservarlos.
Sabía que Strange había sido la guinda de la torta dentro de los pesares de Tony. Era su doctor, para empezar. Él creía que le debía un favor por salvarle la vida tras el ataque en Siberia. Pero el accidente había calado tan profundo que Pepper jamás pudo visualizarlo. Las pesadillas de Tony volvieron desde entonces y no hacía más que sollozar y pedir perdón. Agradeció que últimamente aquellas pesadillas fueron menos periódicos.
–¡Señora Potts!–sorpresivamente Peter había entrado a la mansión con su mochila en mano. Estaba sudando pero se notaba muy animado.–Vengo por... el internado Stark, ya sabe.
–Oh claro.–dijo ella.–Creo que tendrás que esperar. Tony se quedó dormido en su taller.
–Pero si apenas son las seis.–siseó Peter un poco entristecido al ver que su mentor había olvidado su reunión.
Pepper lo invitó a sentarse en uno de los sitiales comprados y le dio instrucciones para que se quedara allí hasta que Tony despertara completamente.
–No demorará mucho, lo prometo.–dijo Potts dando un guiño.
Cuando ella se fue de la mansión, Peter se sintió incómodamente solo y aburrido.
Miró los nuevos muebles, intrigado por la belleza de éstas. Hizo caso omiso a la orden de Pepper sobre no tocar ningun objeto, y caminó directamente a la colección de relojes.
–Wow.–exclamó el niño mientras sacaba algunos relojes y se los probaba entusiasmado.–Son bellísimos. El señor Stark debería regalarme uno de éstos.
Habían de todos los colores, tamaños y volúmenes. Reconoció algunas marcas de clase, y otras eran personalizadas. Le llamó la atención una que estaba bañado en oro y tenía incrustaciones de diamantes pequeñísimos en cada número.
Sus ojos brillaron en tan solo verla. Estuvo a punto de probarselo cuando su sentido arácnido saltó por un sonido extraño en el segundo piso.
–¿Señor Stark?
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IRONSTRANGE: Pieces of Me
Fanfiction[TERMINADO] Tony Stark termina malherido por su combate contra Steve Rogers. Necesita la ayuda del mejor neurocirujano del país. Parecía que todos los caminos que tomaban-sean buenas o malas-los juntaba siempre en el mismo destino. #ironstrange. #E...