Mi último servicio había concluido.
Ahí iba otro maldito millonario al cual debía satisfacer para conseguir el dinero necesario para sobrevivir. Me había hecho de buena reputación entre los hombres –y extrañamente mujeres- más ricos e influyentes del mundo del espectáculo en Corea por mis servicios como dama de compañía.
Claro está, yo era una escort. Y una que en poco tiempo había ascendido a una de las mejores posiciones con las que podía aspirar una mujer en mi rubro. Todo por dar con la gente adecuada, la alta demanda de clientes curiosos por tener experiencias con una occidental y sobre todo por estar asociada a la empresa "Fémina" que funcionaba como nexo para que las acompañantes fueran presentadas a personas importantes con el dinero suficiente para malgastarlo a su antojo en una mujer.
El señor Choi era de los que mejor me trataban. Era presentador en un conocido canal de noticias, un cuarentón, divorciado de su esposa, con hijos, según lo que me había contado y sin ánimos de pasar por el arduo proceso de volver a conocer a alguien. Llamaba ocasionalmente, y siempre era amable conmigo. Solía llevarme a lujosos restaurantes y consentirme con innecesarios regalos. Pasábamos más tiempo sin tener relaciones que teniéndolas. Por supuesto que no era obligación traspasar esa barrera, pero si era consentido entre ambas partes, la empresa para la que trabajaba no hacía objeciones. Si la acompañante recibía una buena paga, la empresa, al quedarse con un porcentaje de aquello, también ganaba. Por fortuna, él era de los que disfrutaba más de la compañía, así que mi noche fue tranquila. Un paseo nocturno en bote, compartir unas copas de champaña y nada más.
Mientras regresaba al flamante apartamento que había conseguido comprar con mi pequeña fortuna recaudada, siendo transportada en el auto del señor Choi por su chofer, la luz del celular que tenía para ser contactada para mi trabajo se encendió en mi mano y el pequeño aparato comenzó a sonar. Era un número privado. No me preocupé, sabiendo que tendría que encargarme de otro servicio particular así que atendí enseguida. ¿Quién podría ser a las dos de la mañana?
-Hola –contesté en mi coreano perfecto.
-Buenas noches, disculpe la invasión a un horario tan avanzado –una curiosa voz masculina que no reconocí se escuchó del otro lado de la línea. -¿Es usted la señorita Alice Williams?
Llamándome por mi nombre de escort. Esto prometía ser interesante.
-Sí, soy Alice. Y no es problema, para nada.
-Bien, espero no incomodarla, pero su empresa me dio su número de contacto después del contrato de conformidad que firmó la semana pasada con el grupo de idols, no sé si lo recuerda...
Rememoré que en Fémina me habían dado la posibilidad de aumentar mis ganancias trabajando en confidencialidad como acompañante para un grupo de chicos famosos. Había sido escogida como candidata entre muchas otras y había quedado como la favorita. Al ver cuánto accederían a pagarme cada mes, no dudé en aceptar. Firmé el contrato que la empresa Big Hit Entertainment me había otorgado, dejando por escrito en qué consistirían mis obligaciones y dando por sentado que todo lo que lleváramos a cabo quedaría en estricto secreto entre aquel grupo de chicos y yo. Desde entonces, me había convertido en propiedad de siete jóvenes que no conocía. Y tampoco me interesaba. Sólo sabía que eran la boy band del momento y que ellos no tenían permitidas relaciones con otros personajes del ambiente del espectáculo, por lo que recurrieron a este tipo de solución para calmar sus hormonas a flor de piel.
-Lo recuerdo –respondí.
-Bien, soy uno de los beneficiarios del acuerdo –se lo notaba muy seguro, pero supuse que por dentro sería un mar de nervios. Tenía entendido que era la primera vez que solicitaban este tipo de servicios. –Quería saber si está disponible esta noche, señorita Williams. Me gustaría verla.
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House of Cards (BTS +18)
FanfictionMe contrataron para ser la escort personal de aquel grupo de idols. Me pagaban bien para estar a su lado y cumplir todas sus fantasías. 7 hombres. ¿Cómo hacer para ganarse el corazón de cada uno de ellos? ¿Y cómo no caer rendida por sus encantos? ★...