CAPÍTULO 7

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Tal como dijo, Taehyung no me dejó dormir el resto de la noche. Se enfocó en aquella tortura placentera. Mi cuerpo se sintió abrumado ante tanta atención. Creo que quería asegurarse de dejarme sin energías. Y lo había conseguido con creces.

No recuerdo en qué momento de la madrugada se fue, ya que me quedé plácidamente dormida, desnuda y cubierta por las sábanas en aquella cama, después de la última vez que me tomó. Todo mi ser descansaba, inconexo. Perdí la noción del tiempo por completo. Él no me había dejado descansar correctamente.

Un golpe suave en la puerta me despertó.

-Un segundo –pedí, levantándome como un resorte para vestirme, haciendo que me diera una puntada en la cabeza. Revolví la cama, buscando mi ropa interior y la camiseta que me habían prestado. Una vez que los encontré, me puse todo rápidamente y me cubrí de la cintura para abajo con el edredón. –Adelante –concedí.

La abertura se fue abriendo de a poco, dejando paso a un rostro adormilado, con el cabello oscuro revuelto a más no poder. Sonreí con ternura por lo pequeño que parecía. Por la luz tenue distinguí que era Jungkook.

-Buenos días, noona –bostezó, audiblemente.

-Buenos días Jungkook –me contagió el bostezo.

-¿Puedes hacerte a un lado? Vengo a dormir –entró.

Traía un pijama puesto. La camisa a rayas rosada y blanca con detalles que conformaba parte de su atuendo estaba abierta hasta la mitad de su pecho y descansaba sobre su cuerpo en una posición rara, haciéndome partícipe de un montón de piel y músculos. Llegó hasta un costado de la cama y se tiró en ella teatralmente, quedando con la espalda hacia arriba. Se me escapó una pequeña risita. Debía estar muerto.

Me fijé en el reloj sobre su mesita a un costado de la cama. Eran las seis de la mañana.

-¿Te importaría seguir durmiendo en otra parte? Si te quedas aquí me distraerás y realmente quiero dormir unos minutos más –su voz agria pero ronca contra la almohada era la cosa más sexy que podías escuchar a primera hora del día.

-E-está bien –me corrí hasta quedar a los pies de la cama, ya que el lado donde estaba sentada daba a la pared. Busqué mis pantuflas y me las puse, caminando pesadamente hasta la salida. Terminaría durmiendo en el sofá semidesnuda y con las piernas al aire si no me quedaba otro lugar. Todo un espectáculo.

-Yoongi hyung dijo que puedes dormir en su cama –volvió a decir contra la almohada. –Es el cuarto de enfrente.

Obedeciendo como zombi, me dirigí allí, cerrando la puerta del cuarto de Kook al salir. Escuché murmullos provenientes de la cocina. Supuse que Jin estaba preparando el desayuno mientras conversaba con Nam sobre algo que no pude distinguir. Frente a mí, una puerta oscura tenía un tozo de madera con la inscripción "Namjoon – Yoongi".

Sin tocar previamente, abrí y entré. La luz de la pantalla de una computadora portátil sobre el escritorio iluminaba apenas el lugar, que no era muy grande, y que estaba dividido a la mitad por una estantería que iba desde el piso al techo. Un par de cuadros decoraban las paredes, con fotos de todo el grupo junto. A un costado de la puerta, se divisaba una cama de una plaza y media, donde un cuerpo arropado completamente cubierto estaba acostado sobre un borde. Había espacio para alguien más del otro lado, así que casi corrí hasta allí y me recosté, quitándole un poco de frazada a mi acompañante, que gruñó como única respuesta. Las sábanas estaban frías y me costaría calentar la parte inferior de mi cuerpo, así que me aproximé al chico dormido, a la búsqueda de una fuente que emanara una temperatura mayor.

House of Cards (BTS +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora