VIII

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Uraraka tembló frente a la entrada de su salón de clases. Se sentía inquieta, había tenido una horrible discusión con Bakugou en algún sentido, y aunque no era completamente su culpa, quería disculparse.

Bueno, no es que quisiera, debía hacerlo.

—Ochako-chan, ¿Qué sucede?—Tsuyu apareció por detrás, Ochako dió un salto.

—¡T-Tsuyu-chan!—Temblando miró aterrada a la rana, está poso su dedo índice en su mentón.

—¿Te asusté?—Fue un tanto irónico, pero le sonrió, ligeramente divertida.—¿Paso algo?

Ochako miró alrededor, al no ver ni a Kacchan o Deku, tomo la mano de Tsuyu y la arrastró a un rincón del salón.

—¿Ochako-chan?—La rana espero alguna palabra de la castaña, está suspiro, viendo alrededor algo sonrojada, jugó con uno de sus mechones de cabello y, explico la situación a detalle.

Palabra por palabra.

—E-Estaba enojada, y dije cosas sin pensar, y ahora Bakugou-kun...—La castaña cubrió su rostro.—Soy lo peor, ¿Verdad?

Tsuyu no dijo nada, para Ochako eso fue un indirecto si, pero la rana decidió arreglarlo.

—Ya veo.—Tomo aliento antes de continuar, Ochako mostraba preocupación.—Es difícil imaginar a Ochako-chan diciendo esas palabras, pero si se trata de Bakugou-chan, lo entiendo.

—¿T-Tsuyu-chan?

—Pero está bien.—La rana sonrió.—Puedes disculparte si quieres, pero solo hazlo si de verdad crees que dijiste algo incorrecto, porque sería mucho peor negar aquello cuando de verdad lo piensas, gero.

—P-Pero, odiar es algo... Inmaduro...—La castaña apretó su falda. Tsuyu negó con la cabeza.

—El odio es completamente normal, Ochako-chan, es una emoción natural, y si odias a alguien, no tiene nada de malo, gero.—Los ojos chocolate mostraron incertidumbre, Tsuyu tomo las manos de Uraraka.—¿No sería peor si dices no odiar a alguien que odias?, Está bien si no te agrada Bakugou-chan, o si lo odias. Solo no te dejes segar por ese sentimiento. Ese es mi consejo, gero.

—Tsuyu-chan...—Uraraka abrazo a la de cabellera oscura.—Gracias, enserio siempre logras traerme calma.

—Somos amigas, gero.

—¡Si!—Una hermosa sonrisa, digna de Uraraka. Se sentía mejor, tan tranquila. No solo tenía a Deku, Tsuyu también estaba para él.

—Buenos días, Uraraka-kun, Asui-kun.—Iida se acercó a las jovencitas serio y cortés.

—¡Buenos, Iida-kun!—Ochako sonrió.

Iida también estaba para ella.

—B-Buenos días, Ochako, Asui-san, Iida-kun.—El pecoso apareció por detrás, con una sonrisa nerviosa y un sonrojo leve. Ochako le sonrió.

—Llamenme "Tsuyu-chan".—La dulce rana no se hizo esperar, poniendo nervioso a Midoriya y a Iida algo incómodo, pues movió bastante sus gafas.

Ochako disfruto la charla con ese grupo. Era muy... Agradable.

—Oe, Uraraka.—La castaña percibió aquel llamado, pero su instinto le dijo que no volteara si es que quería seguir viva.—Voltea ahora, maldita cara redonda...

—Ba... Ba... Bakugou...kun.—Confirmado.

Dios la odia. O mejor, ¿Siquiera existía un dios?

—Tenemos que hablar.—El tono era grave, su mirada era más oscura y penetrante que otras veces, sin mencionar el contacto visual.

—¿H-Ha-Hablar?, ¿C-Conmigo?, ¿E-Estas seguro?—Con una sonrisa nerviosa empezó a rascar su cabeza, llegando a un punto de dolerle.

Eres todo lo que odio | KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora