Maratón 3/3
Tranquilízate Cam todo está bien... Inhala, exhala, 1..., 2... ¿Todavía están juntos? ¡¿Todavía?! Sigue respirando Camille Armstrong¿Qué rayos hago? Esto no funcionará.
Ella se sentó en la mesa, suspirando encantada. Mientras yo quería arrancarles las malditas extensiones
-¿Qué hay para almorzar?- preguntó ella
-Hice pescado- dije sonriendo lo mejor que pude
-Oh...- No le gusta el pescado... Hay que hacerla sufrir un poco de vez en cuando. Sé que no es una pura maldad, pero no comerá y estará hambrienta
-Así que cuéntame- habló mi padre sacándonos de un incómodo silencio- ¿Mi sobrina Dabria está de novia con un tal Alex?- preguntó sonriente. Al escuchar ese maldito nombre, mi mundo se derrumbó nuevamente ¿No pueden hablar de otra cosa?
-¡Oh si! Estoy con él hace 1 año, y estamos muy bien- dijo ella con una enorme y exagerada sonrisa- Somos el uno para el otro- ¡No me sorprende! Los idiotas siempre están mejor juntos- Él es tan bueno, carismático- dijo de manera ensoñadora- Se alquilará un departamento cerca de mi Universidad Panthéon, así podemos vernos constantemente- creo que estoy más blanca de lo normal
-Oh que bueno... debe ser un chico muy encantador. Se llama Alex... ____ ¿No tenías un novio con el mismo nombre?- preguntó ahora mirándome. Más blanca todavía. Él se alarmó- ¿Estás bien?- preguntó muy preocupado. Yo negué
-No ¿Puedo retirarme de la mesa?- le pregunté a mi papá
-Está bien... Pero que te acompañe Dabria, no vaya a ser que te desmayes en el camino
-No, en serio. Puedo sola- Él dudó
-Okey- Genial
Salí del comedor y subí las escaleras para dirigirme a mi habitación. Todo el camino desganada, ya que me tomó por sorpresa la situación.
Saber que todavía siguen, me quiere decir que él la quiere de verdad y que lo nuestro nunca fue en serio. Debí ser otra de las ciento de chicas con las que estuvo y siempre desechaba.
Me tiré en mi cama y unas lágrimas rebeldes amenazaban en salir. Me siento patética al saber que todavía no puedo superar esta situación ¿Qué está mal en mí?
Sé que no estoy más enamorada de él, pero me lastima muchísimo saber que esta vez sí se quedo con alguien fijo, y que no he sido yo. Estoy hecha un lío.
Miré mi reloj. 13:50 pm y no he comido nada. Necesito comer urgentemente, pero no lo haré estando ella en el comedor.
¿Por qué tuvieron que hacerme esto? ¿Qué hice para merecerlo? Otras dudas divagaron por mi mente, pero preferí dejarlas pasar.
Necesito hacer algo para espabilarme, pero no sé qué cosa. Hasta que se me ocurrió una idea ¡Listo!
Me dirigí rápido a mi escritorio, agarré una hoja y un lápiz, y pensé de qué manera podía llegar a vengarme de Dabria. Pensé y pensé, pero nada ¡Vamos! Algo se me tiene que ocurrir en esta cabecita, que para algo funciona.
Primero que todo tengo que aguardar el momento. Si ella piensa que la he perdonado, le caerá de sorpresa. Tengo que estar firme y al acecho, esperando el momento preciso
Segundo... No lo tiene que esperar, porque tiene que volver a confiar en mí. Eso le dolerá un montón. Y no le tengo que contar a nadie de mi plan, porque nadie podrá incriminarme si no demuestro mi odio. Bueno a Jade se lo contaré, pero solo a ella
Y tercero, y el más importante. Atacar sin piedad, no tengo que titubear. Mientras más sufra la desgraciada, mucho mejor.
Listo ahora solo me falta... ¡Oh mierda! Me falta la venganza. Escribí todo mi plan, pero no lo más importante. Maldito olvido, parezco un pez. Cada día me vuelvo más Dori.
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📰Soportando A Mi Jefe📰 L.T.
RomanceCamille Armstrong tiene una historia que contar ¡Sobre todo relatar cómo es estar al mando de una persona realmente odiosa! Extrañamente no sabe porqué sigue trabajando para él.