Demi Poisson

deseo

Las olas golpeaban suavemente el costado del pequeño buque donde se encontraban Dream y Cross. Realmente la noche era muy tranquila que arrullaba el alma y el corazón.

Cross veía de reojo a Dream, adoraba el como aquel ser de cola dorada admiraba el cielo. Sin darse cuenta sus manos se tocaron y llamaron la atención de ambos, para así mirarse a la cara. Se detuvo el tiempo para los dos y todo lo demás desapareció, con los ojos se decían todo y los impulsos fueron sus reacciones.

Cara a cara,analizaron los rasgos del contrario, rasgos que los hipnotizaban, algo en cada uno era como un imán para su enamorado; con cuidado la mano de Cross acarició el rostro de Dream y este por inercia la tomó y le besó la palma y cada dedo.

Sin palabras y sin justificaciones de sus actos, sus cuerpos hicieron lo que su alma quiso desde que se dieron cuenta del amor mutuo que se tenían. Sus rostros se acercaban para darse un suave choque de dientes y seguido por un beso dulce y lento.

Se miraron a los ojos y la pena y vergüenza se apoderó de ellos.

-... Yo... Yo lo siento - Dream se cubrió su rostro y su rubor lo hacía brillar levemente.

Cross le miró y luego dirigió su vista al cielo, se sentía feliz.

- eres más hermoso que las estrellas, Dream... ¿ Sabes por qué lo hice? - lo miró y le tomó con cuidado su barbilla, para que esté lo volviera a ver.- me gustas Dream, desde hace dos años que me gustas mucho y realmente temia decírtelo por el simple hecho que no quería dañarte, no quiero que sufras por un ser como yo... Pero no lo pude evitar y aquel sentimiento nunca desapareció y dudo que lo haga.

Las cuencas de Dream empezaron a derramar lágrimas, era un choque de emociones en su ser, una extraña combinación de miedo, amor, sorpresa y alegría las cuales no pudo contener, si, su llanto era la solución a esas emociones amontonadas en su pecho.

- Cross... Yo también te quiero, has hecho que el deseo que tenía de nunca enamorarme desapareciera... Te quiero tanto pero... Tengo miedo, miedo a morir por la diferencia de mundos, por la distancia o porque... Nunca podré ir a donde tu vayas y tú, no siempre estarás cerca del mar, se que tu deseo es ir a París y abrir un restaurante... Y yo no quiero ser un obstáculo en tus sueños... - dio una sonrisa de tristeza- ... Siento lo mismo pero ... Esto no puede y no funcionaría...

El sonido del mar y el pasar del aire era lo único que se escuchaba en aquel lugar, las miradas de los enamorados miraban hacía otros sitios pero ya no hacía el contrario; era cierto que el amor entre dos seres diferentes pero al mismo tiempo iguales no sería fácil y era comprensible el miedo a que les ocurriera lo mismo que le pasó a su amigo y su hermano.

El miedo era el enemigo en su relación.

- entonces... Entiendo, descuida te entiendo y nunca lo había visto así, tienes razón Dream... Lo nuestro terminaría en un adiós, con la muerte de uno de nosotros...- Cross lo miró seriamente y le tomó su mano con firmeza- si eso pasará y si tu te fueras de este mundo injusto, yo te seguiría hasta la otra vida... Solo dame la oportunidad de entrar a tu vida no solo como un amigo...

La mirada de sorpresa en Dream y la última lágrimas que sus cuencas soltaron fue lo último que vio Cross antes de que este entrará al mar y desapareciera entre las olas.

No todo es de color Rosa
Y
El amor siempre tiene matices.

Con el corazón roto y la duda en su cabeza, se recargó en su asiento y se talló el rostro; no lo culpaba de nada y sabía lo que sentía Dream, solo se sintió estúpido por haberse declarado antes, sabía que él no estaba preparado, sabía que sería una locura pero ... A pesar de eso, ya lo había hecho y una parte de el, estaba en paz pero la otra estaba rota, confusa y triste.

La luna y unas cuantas estrellas le acompañaban en su amarga soledad, necesitaba tiempo al igual que Dream para analizar lo sucedido, para dejar en claro sus sentimientos y hacer de lado los miedos.

Una estrella fugaz surcó el cielo oscuro y fue contemplada por el marinero de corazón roto y a unos metros en unas piedras, también fue vista por aquella sirena de cola dorada y corazón confundido, al mismo momento sus peticiones fueron escuchadas.

Poder estar juntos y nunca separarse e ir a donde fuese el otro, fue su deseo.