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Seis meses y todo seguía igual, medio año y su esperanza caía aunque el quisiera mantenerla de pie.

Estaba lloviendo en Bonifacio y hoy Ink no había ido a ver a Error, Geno lo hizo, ¿Tenía que darse por vencido y dejarlo ir? ¿Tenía que aceptar su desgracia y seguir viviendo con el corazón herido a muerte y volverse nuevamente pétalos?.

Miraba por la ventana, como si la solución estuviese afuera, pero lo único que veía era los charcos de agua que se formaban junto a los riachuelos que caían por la colina.

- Ink ¿Estas bien?-fell se acercó y le ofreció una taza de chocolate caliente.

-dime Fell... ¿Que tengo que hacer para ayudar a Error?- se perdió en la taza de chocolate, ahora entendía la obsesión que le tenía su amado azabache a aquella bebida caliente.

- no lo sé Ink, no somos dioses para solucionar las cosas así de fácil... Solo nos queda la esperanza de que el tiempo solucione todo a su paso y aceptarlo - se sentó a su lado pero al hacerlo, Ink se alzó y tomó su abrigo, era obvio que tenía la intención de salir -¿A dónde vas?

-yo... Tengo que ir a un lado...— nuevamente salía corriendo de esa casa, nuevamente sentía la sensación de querer huir de sus problemas, no soportaba  la presión que su pecho llevaba ya desde hace medio año, pero tampoco quería tirar la toalla y pedir que desconectarán a el amor de su vida... Tenía miedo, sentía que corría en círculos hacia la desgracia.

[...]

- será lo mejor - dijo el doctor frente suyo.

No era la noticia que quería escuchar, no era lo que quería vivir y no aceptaba la condición de su hermano, Geno solo se cubrió la boca para someter su sollozó.

- ¿No podría esperar un poco más? - la misma insistencia.

- su hermano no despertará joven Crayon.

Geno salió molesto y disgustado, culpaba la incompetencia de los médicos, culpaba a la lluvia, a la carretera y a la vida misma de lo que pasaba su hermano. Salió y subió a su auto, en el cual, Fresh le esperaba y al verlo de ese modo, supo que nada había mejorado.

Miseria caía como una tormenta sobre la familia, dolor era lo único que lograban sentir.

¿Era la mejor opción?
¿Tenían que darse por vencidos y ver  como la vida escapaba del cuerpo de su hermano?

Todos intentaban disimular su pánico, unos simplemente fingían paz y sonreían, otros tomaban tazas de café y cocinaban, jugaban videojuegos para salir de la cruda realidad, e Ink... Solo miraba un lienzo blanco, sin la inspiración necesaria, ¿Cómo iba a pensar en algo más, si lo único que tenía era a Error? ¿Cómo haría de lado al esqueleto que adoraba con todo su ser?. Eran intentos estúpidos para sí mismo.

Llegó al puerto donde una vez cayó al mar, se recargó en el barandal y soltó un gritó desgarrador, un gritó de frustración y odio; odiaba que nuevamente la muerte los quisiera separar, odiaba la idea de vivir sin Error a su lado... Se arrepentía de volver a sentir, si solo sentía dolor.

— ¿Por qué eres tan cruel con nuestra vida...madre?— jadeo y simplemente siguió sollozando mientras la lluvia lo empapaba nuevamente sin piedad.

— tampoco es su culpa, Ink... Ni la tuya— Dream se acercó a él y le cubrió con su paraguas — la vida es un juego , un juego de ajedrez donde junto a la muerte compite y nadie sabe quién ganará al final.

— es fácil para ti decirlo...— lo miró de reojo.

— entiendo el dolor de una esperanza pérdida... Y entiendo la desgracia de una perdida Ink, lo que no entiendo es el porqué siempre uno de ustedes se tiene que ir... Tú madre y tu padre sufren nuevamente al verte así.

Demi PoissonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora