"Papa"

Parte 7: Visión

7-Visión

**Ginrei**

Dejo todos los informes corregidos en la mesa de mi nieto y hago llamar al joven Rikichi para que se encargue de guardarlos en un sobre y llevarlos al primer escuadrón. Aprovecho que tengo tiempo libre para ir a visitar las tumbas donde están enterrados mis amigos para rezar por sus almas y suspiro afligido de no solo ver el nombre de Yamamoto en una de las lápidas, sino también el de Sasakibe. Mi buen amigo Chojiro... ¿Cómo caíste de este modo? No lo merecías...

-Ah! Kuchiki-dono, disculpe las molestias...- veo de reojo a uno de los oficiales del primer escuadrón que era la mano derecha de Sasakibe y me cruzo de brazos para escucharle notando lo nervioso que le pongo.

-Venía a cambiar el agua de las flores, como todos los días...no sabía que alguien vendría al panteón a esta hora-

-¿acaso hay alguna hora determinada para rezar por los muertos?-

-No, señor...lamento mucho haber interrumpido, el comandante y Sasakibe-dono merecen todos los respetos...-

-¿Dejó Sasakibe algo pendiente? – el joven me mira consternado por la pregunta y parece dudar en contestarla. –era un gran amigo de ambos y si está en mi mano encargarme de sus tareas pendientes, así lo haré-

-De los temas del comandante general ya se está encargando el actual líder, Kyoraku taicho...pero respecto a Sasakibe-dono....-

-Habla. No tengo todo el día- el muchacho me pide que le acompañe al despacho privado que tenía Sasakibe y sonrío para mis adentros al ver que todo está perfectamente colocado y limpio. Tan pulcro y silencioso como lo era él. Siempre en la sombra, siempre....bajo el yugo de Yamamoto. Para una vez que mi amigo Sasakibe tenía la oportunidad de demostrar su auténtico poder, le costó la vida.

-¿todos sus informes están completos?-

-Sí, señor, Sasakibe-dono dejó todo su trabajo terminado antes de que los Quincy irrumpieran en el Seiretei. Salvo que hay algo que yo hacía como asunto personal por él-

-¿el qué?- el joven me ofrece un libro de cuentas y analizo toda la administración que Sasakibe hacia de su dinero, deteniéndome en sus ganancias como teniente y gastos más comunes. Abro los ojos al ver una cifra de números que llama poderosamente mi atención y está dirigido a un espacio en blanco.

-¿te refieres a esto?-

-Sí...mi superior siempre me daba un sobre de dinero todos los meses para llevarlo al mundo humano. Me ordenaba que lo dejara en la oficina de correos de Karakura.

-¿sabes a donde lo enviaba?-

-Decía...que era un donativo para un centro con niños huérfanos, aunque no entendía porque...- antes de que el oficial termine de hablar uso mi shunpo para volver a la mansión Kuchiki y hago llamar a uno de mis espías para darle la hoja del registro donde está apuntada la última retirada de dinero que hizo Sasakibe de su cuenta antes de morir.

-Ve a Karakura y descubre donde han enviado todo este dinero- mi espía hace una reverencia y desaparece de mi vista dejándome totalmente intrigado por mi terrible sospecha. Sasakibe siempre fue un hombre metódico y nada despilfarrador. ¿Un centro de huérfanos? Si mi intuición no me falla, creo saber dónde habrá ido a acabar ese dinero....y quién se estará aprovechando de ello.

**Soujun**

Sonrío a mi padre que no deja de agarrar mis manos mientras me cuenta emocionado como es la vida en el internado. Echaba mucho de menos a Ishida Souken, él me ha cuidado desde que volví a renacer y Ryuken y él son mi familia presente, les estoy agradecido de corazón. Siempre han estado a mi lado y me siento culpable por ser tan débil. Ya nací muy delicado por que tuvieron que forzarme a nacer y eso me dañó bastante, aunque en apariencia no se me nota nada raro. Es una lástima que los shinigamis estén persiguiendo a todos debido al miedo que ha dejado la última guerra, pero Souken no tiene la culpa de ser un exiliado quincy, jamás ha hecho ningún mal a nadie y gracias a él, yo....estoy de nuevo vivo. Le protegeré como sea.