Cuando me quedé dormida, Finn estaba a mi lado y mi cabeza descansaba en su hombro. Cuando despierto, estoy atada a una silla en la cocina y hay tres hombres delante de mi.
Los matones de Finn.
—Al fin despiertas —dice uno de ellos acercándose a mi. Es robusto y tiene una barba intimidante— te prefiero degollar con tus ojos bien abiertos.
Inmediatamente se me corta la respiración y empiezo a moverme desesperada pero los nudos que me atan a la silla son muy fuertes.
—¿D-dónde está Finn? —pregunto.
—Dormido plácidamente en su habitación, una dosis fuerte de cloroformo y seguro despertará en unas horas más —responde otro hombre— justo a tiempo para ver como su protegida se desangra viva.
En ese momento el hombre saca una navaja y se acerca a mi para hacerme un pequeño corte en la mejilla. En las películas se ve como la protagonista cae de un cuarto piso, se hace mil rasguños y sigue corriendo. Yo con esa simple cortada comienzo a llorar como niña de tres años.
—Ponle una cinta, es insoportable —dice el hombre de la navaja a otro de sus amigos.
Uno de ellos saca una cinta adhesiva del cajón de la cocina y me pega un trozo en la boca evitando mis sollozos. El resto de la casa sigue oscura así que supongo que aún estamos dentro del juego, nadie me ayudara a salir de aquí sin arriesgar su propio pellejo.
—Ahora tu decides, empezamos con tus piernas o tus brazos, personalmente recomiendo las piernas, dicen que el dolor es inimaginable —dice el chico de la navaja sonriendo como maniático.
Comienzo a llorar desesperadamente, ayudándome hacia todos lados para desatarse pero es inútil. Entonces, cuando el chico de la navaja comienza a acercarse a mi, una daga de gran longitud lo atraviesa por la espalda.
No tengo tiempo de reaccionar cuando logró ver que los otros dos chicos son asesinados con dos disparos certeros en el cráneo. Cierro los ojos y los abro cuando siento que alguien manipula la soga con la que estoy atada.
—Gracias —es lo único que se me ocurre decir.
No puedo ver bien el rostro del chico porque estoy de espaldas a él así que espero a estar desatada para mirarlos a los ojos.
Demonios.
¿Por qué los chicos guapos siempre son asesinos?
—No hay de qué, escóndete, aún quedan diez minutos de juego —me dice entregándome su arma— ¿Dani, no? —asiento— Marco Brandon, es un gusto conocerte aunque no en estas circunstancias. Si ves matones, dispara en la cabeza o alguna extremidad que le impida moverse y un consejo, si no quieres ser asesinada, no te líes con el asesino en primer lugar.
Terminada la oración, sale de la cocina dejándome perpleja.
¿Quién rayos es este chico?
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#JuevesDeFinnegan
¿Qué quién rayos es Marco Brandon? Ya lo sabrán, ujujujuju, a veces me dan ganas de escribir capítulos largos en esta historia.
Chris, out.
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Finnegan
HorrorNo lo olvides, estás en su juego. Escóndete, si no, game over. Portada por @humxnerrxr