Playing At Being Heroes;; Klance [Alternative Universe]

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Los ojos grisáceos del joven se encontraban mirando fijamente el bello cielo oscuro adornado por pequeñas figuras que desprendían cierto brillo singular. Un suspiro de tristeza se escapó de sus labios al recordar ese momento de la noche en donde se había encontrado al moreno en el peor de sus estados, sin entender la razón por la cual esta vez no supo cómo defenderse, sabiendo que Lance contaba con un buen entrenamiento de quien sabe dónde lo había visto o pedido ayuda para su formación en un campo de batalla.

Keith quería llegar al fondo de esto para evitar futuros atentados contra sus amistades, las únicas amistades que en verdad lo ven como un fiel amigo y le demuestran su afecto día tras día.

— ¿Tienes buen humor para una charla?— La voz del moreno lo había sobresaltado en su lugar, desviando por unos segundos su mirada hacia el joven.— Bueno, no me importa, sabes que tendremos esta charla.

— Ya no me importa, Lance.— Desvió nuevamente su mirada hacia las calles de ese vecindario, sintiendo cómo el moreno tomaba asiento a su lado para después jadear por lo bajo ante el leve dolor que sentía en cada movimiento.— Debiste quedarte en cama y... Ya, al carajo, no me importa...

— No me asaltaron... — Se ganó la mirada del azabache en cuanto supo que estaría dispuestos a revelarle toda la verdad.— Esos hombres trabajan para alguien que me quiere ver muerto... Esa fue la primera de sus advertencias, seguramente en la segunda no regresaré jamás a casa... O que el vean con vida...

— Debiste abandonar eso en cuanto tenías el dinero suficiente en el banco.— Se quejó, sintiendo furia por el moreno al escuchar la verdad de los hechos.— ¿Por qué eres tan estúpido? Me molesta que no pienses en ti mismo y te valga un cacahuate tu propia vida, ¿qué piensas con eso? Dime, nadie estará para ti cuando estés en peligro, son las cosas crueles de la vida y lo aprendes cuando lo vives.

— L-lo siento...— Murmuró, teniendo su cabeza hacia abajo, escuchando cada una de las palabras del azabache mientras sentía una gran culpa y tristeza por las cosas que habían pasado desde el accidente de su padre.

— ¿Por qué siempre piensas que a nadie le importas? No sé qué clase de mierda tendrás en tu diminuta cabeza para creas tal estupidez y...— Se detuvo justamente cuando logró escuchar un sollozo, un débil sollozo por parte del moreno, sintiendo que lo había ofendido ante sus palabras sin consciencia.— ¿Estás llorando? ¿Realmente te hice llorar? Ay, no...— Se llevó una mano hacia su rostro, sintiéndose más que culpable de haberle generado más dolor y tristeza en su pequeño corazón.

— Tienes razón, Keith... Soy una basura...— Enjugó sus lágrimas, elevando su cabeza para mirar al joven con una profunda tristeza, sintiendo cómo nuevas lágrimas se resbalaban en sus mejillas.— Lamento interrumpir en tu vida...

— No, no digas esas estupideces, cabeza hueca.— Tampoco quería ponerse sentimental con el moreno, de igual manera se encontraba dentro de una pequeña crisis con su propia persona.— Me importas demasiado y por eso siempre trato de ayudarte, Lance. Pero como te dije, siempre te encierras en tu propia burbuja de inseguridades y eso está mal. No sé cómo decirte a la perfección las cosas que pienso sobre ti y que siempre trato de ayudarte.— Bufó, tratando de recordar momentos en donde le dio una mano al moreno.— Te ayudé con la ballena de tu clase de matemáticas, te ayudé cuando casi te rompen el trasero rojo que tienes. Desde que nos conocimos he tratado de protegerte del mundo, pero ahora que sabemos nuestra segunda vida, con más razón tendría que protegerte.

Lance no daba ninguna respuesta ante las palabras del azabache, solamente lo miraba con profunda tristeza, haciendo sentir de lo peor al joven en esos momentos y más al hacerse notar las leves heridas en su rostro que fueron ocasionadas por aquellos hombres que lo advertían de algo peor. Sabía lo mal que se sentía el moreno en esos momentos a causa de sus palabras que salieron sin más de sus labios, sin medir las consecuencias que eso traían en el pequeño corazón de Lance.