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Lance sentía cierta tristeza por Keith, lo miraba mientras se encontraban en el vehículo de su madre camino a su hogar después del último chequeo con el médico. Su pierna ya estaba recuperada y no ocuparía muletas y ni siquiera un bastón, su cuenca también se encontraba bien, solamente usaría el parche por el resto de su vida. Sus demás heridas habían sanado por mucha suerte y ya podría descansar mejor que otras noches.

Al llegar lo primero que hicieron fue cenar algo, se morían de hambre para así irse hacia la habitación de Lance, donde dormían juntos desde lo ocurrido. Keith se acomodó sobre la cama, se encontraba cansado y sin ánimos, Lance lo sabía a la perfección. En esos momentos entra una llamada al móvil del moreno, decidiendo contestar mientras encendía el televisor.

— ¿Me extrañas?— Esa voz lo heló por completo, reconocía esa voz masculina donde fuera.— Supongo que sí. El ojo de tu amigo está conmigo y vaya que gané mucho por eso... Esto no se ha acabado, no canten victoria.

— Púdrete en el infierno.— Murmuró, su gesto era de molestia, ante eso Keith lo miró.— ¿Qué quieres de nosotros?

— Puse una recompensa por tu cabeza, dos millones de dólares. Suerte en salir de donde sea que estés.— Y colgó, aquello había dejado helado al moreno.

Dejó el móvil a un lado, teniendo un gesto de tristeza y sorpresa al escuchar la cantidad que le había puesto a su cabeza, nunca se imaginó estar en esa situación. Keith había notado que algo no andaba del todo bien, se sentó, mirándolo con curiosidad mientras esperaba que dijera algo.

— Cuesto dos millones de dólares.— Repitió, dejándose caer en la cama.— Keith, vendrán todos a por mí...

— ¿Qué? ¿Dos millones?— Miró la tristeza del moreno, por lo cual lo rodeó con sus brazos.— Tranquilo, nadie te pondrá un dedo encima.

— Hay que acabar con esto, no puedo seguir así, no quiero morir o ver morir a mi familia por mi culpa. Fue un error entrar a esto.— Se refugió en los brazos del azabache, tratando de asimilar que todo había llegado a su fin.

— No sí nos enfrentamos.— Y una brillante idea se asomó a la mente de Keith, aunque no sabía si estaba cien por ciento listo para el combate.— Haces como que quieres entregarte y ya.

— No es tan fácil como parece.— Se alejó un poco del azabache mientras lo miraba.

— No si tenemos a Amir.— Sonrió levemente, recordaba ese hombre, lo había ayudado en sus casi últimos suspiros.— Hablemos con él.

Lance se encontraba un tanto inseguro, ya no volvería a salir hasta que tengan algún plan, ya estaba preparado mentalmente para decirles a su familia la verdad y sobre que nunca más lo volverían a verlo.

Solamente asintió ante la propuesta del azabache, uniendo sus labios en un cariñoso beso para después recostarse cómodamente sobre la cama, esperando a ser rodeado por su pareja, por su Keith.

Decidieron esperar un par de días, iban con mucho cuidado a la escuela, ahora Lance y Keith iban solos en el vehículo de su madre, obviamente no iba arriesgar a su madre. Se dirigían hacia un almacén abandonado a las afueras de la ciudad, se cuidaba bastante de no ser visto y menos al azabache, ya que conocían sus rostros y no dudarían en abrir fuego, Lance llevaba un arma en mano desde esa llamada a cualquier lugar al que iban, tampoco era tan tonto para tener dos dedos de frente.

Bajaron del vehículo, cubriendo sus cabezas con la capucha de su sudadera para adentrarse casi corriendo a ese almacén, Lance sacudió levemente su cuerpo, suspirando ante el agua fría de la lluvia, para su mala suerte era época de lluvias y un ambiente más que frío en la ciudad. Se apegó al azabache, protegiéndolo, sabía que no era capaz de tomar un arma y menos de matar a alguien.

— Qué gusto me da verlos nuevamente.— Apareció el rubio, teniendo una gran sonrisa sobre su rostro mientras se acercaba a los jóvenes con sus brazos abiertos.— Descuiden, revisé la zona por completo antes de que llegaran y está libre de cualquier malnacido que quiera lastimarlos.

— Gracias.— Suspiró con alivio, guardando el arma nuevamente en su cinturón.— Tenemos un grave problema: mi cabeza cuesta dos millones de dólares.

— Queremos partirle su rostro a ese hombre, no dejaré que nadie le haga daño a Lance, ha hecho tanto por mí.— Aquellas palabras cautivaron el corazón del rubio, haciéndole soltar una pequeña risa.— ¿Qué? Ugh, por eso odio demostrar mis sentimientos.

— Calma, no le pasará nada a Lance, saben que cuentan con mi ayuda y conozco gran parte de ese hombre, podemos tomarnos nuestro tiempo para planear todo, que no haya errores.— Se cruzó de brazos Amir, mirándolos con una ceja alzada.

Tenía suerte de seguir vivo ante su traición con ese hombre, pero presentía que tarde o temprano acabaría muerto, así que su última acción sería salvarle la vida a esos jóvenes una vez más. Notaba cuánto se amaban uno al otro, recordándole bastante a su antigua relación con aquella mujer, recuerdos que lo hicieron suspirar con cierta melancolía para después sacudir su cabeza, no quería deprimirse por eso.

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2020 ⏰

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Playing At Being Heroes;; Klance [Alternative Universe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora