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Los sollozos, gritos ahogados seguían retumbando en los oídos de los jóvenes, quienes de habían ocultado en el armario de la habitación, sin saber qué hacer al no tener la información necesaria para atacar. Lance pensaba y pensaba alguna manera, algo para distraer a los hombres que se encontraban en la planta baja.

— Carajo, Lotor está ahí abajo...— Murmuró Keith al darse cuenta de las ubicaciones de sus amigos, el albino era el único que se encontraba en el interior de la residencia en la planta baja.— Lance, Lance, escucha, tengo algo...

— De seguro hay dos hombres en las escaleras, podemos buscar algo en la habitación que nos ayude a golpearlos...— Sacó su móvil, dejando una luz tenue en la zona, tratando de buscar algo en una de las cajas que tenían en sus pies.— Vaya, una navaja... Qué maravilla...

— Lance, no podemos matarlos, están nuestros compañeros aquí...— Evitó gritar ante la ocurrencia del moreno, poniéndose de cuclillas para quitarle la navaja de su mano.— ¿Quieres que piensen que somos asesinos?

— Esas personas no nos toman en cuenta, nos hacen maldades y piensan que la vivimos en los videojuegos. Para ellos somos una bola de mierda sin valor.— Alzó levemente una ceja, arrebatándole el arma blanca de sus manos, guardando esta rápidamente en un pequeño bolsillo que siempre traía consigo en su tobillo.— Pueden pensar que aprendimos hacer tal cosa con los videojuegos y nos mirarán como héroes, la comida gratis no se niega. Aparte, no queremos que mueran y cargar con la culpa, luego te dan crisis de ansiedad y me da flojera.

— Bien, tú ganas...— Rodó sus ojos, para después alzar un poco el borde de su pantalón, mostrando de igual manera si propia arma blanca.

— Diablos Keith, me hubieras dicho que traías una contigo, imbecil.— Su molestia resultó notoria ante el pequeño secreto del azabache.

— Es de mi padre, ni loco te la daría.— Frunció su ceño, guiando su mano hacia la boca del moreno con rapidez antes de que una palabra pudiera salir de esta, había escuchado que una persona había abierto la puerta de la habitación en donde se encontraban.

Se dedicaron a escuchar la conversación de ambos hombres, al parecer informaban a través de unos pequeños aparatos electrónicos, le avisaban a un superior, imaginando que se encontraba en el mismo lugar. Keith logró ver a través de las pequeñas rejillas de madera, mirando cómo los hombres caminaban y desordenaban la habitación, buscaban algo. Ambos jóvenes se miraron mutuamente, desviando sus miradas hace arriba, dándose una idea.

Keith se había quedado sentado en el suelo, moviendo cualquier cosa para captar la atención de los hombres, sonriendo levemente al notar la sombra de ambos sujetos acercarse con lentitud.

— Hola.— Saludó el joven al momento en que uno de los hombres abrió la puerta del armario, moviendo su mano levemente.— ¿Les doy un consejo? Bajen su cabeza.

— ¿Qué?— Hablaron ambos hombres y, con gran rapidez, sintieron cómo alguien impactaba sus pies en sus rostros, haciéndolos caer al suelo y quejarse del dolor.

— Rápido, ayúdame.— Indicó Lance, siendo acompañado por el azabache para poder amarrar a ambos hombres para evitar que se escapen y arrebatarles sus comunicadores de sus cinturones.— Somos el dúo dinamita.— Comentó al acabar de amarrarlos, enseñándole el puño al joven para después impactarlos con una pequeña sonrisa en sus rostros.— Vayamos abajo, nos llevamos sus armas por si acaso, pero sin balas, luego te alteras y me regañas como una mamá.

— Es obvio.— Sonrió levemente, saliendo ambos de la habitación con rapidez.

Se detuvieron al momento en que llegaron a las escaleras, escuchando a los hombres que conversaban, otros amenazaban a los jóvenes con arrebatarles sus vidas de un disparo a la cabeza. Lance y Keith tenían un pequeño plan en mente, pero no sabían si funcionaría como se lo imaginaban, pero harían lo posible para salvarle la vida a su fiel amigo y a los demás compañeros.

Playing At Being Heroes;; Klance [Alternative Universe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora