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Era la noche de aquella fiesta que un grupo de jóvenes habían hecho para aumentar su círculo social y, por suerte, podrían conseguir una pareja. El grupo de jóvenes se encontraban en sus respectivas casas, sin tener idea de la noche que les esperaba.

— ¿Quisieras decirme algo que tengas guardado por ahí?— Comento el moreno, teniendo si mirada sobre Keith, quien se encontraba frente al espejo de cuerpo completo acomodando sus cabellos.

— ¿Guardado en dónde y como qué?— Alzó levemente una ceja el joven, mirándolo mediante el reflejo del espejo.

— Guardado en tu trasero, imbecil.— Puso sus ojos en blanco, levantándose de la cama para así dirigirse hacia el azabache, cruzándose de brazos.— Dime.

— Te estás comportando extraño desde que nos besamos, sabes.— Lo miró con rareza ante tal acción de autoridad frente a él, causándole una risa nerviosa.— ¿Qué quieres que te diga? Porque yo no tengo nada por decirte, sabes.

— A mí nadie me miente y lo sabes, puedo oler el miedo y las mentiras de mis víctimas.— Keith no sabía en qué momento había sido acorralado por el moreno, solamente sentía su mirada sobre él.— Dime que te gusto, Keith, ese es lo que tienes y crees que es un problema, pero no es así, bonito.

Keith lo miraba con seriedad, intentando pensar en una respuesta para defender algo de lo cual era verdad, Lance tenía razón por primera vez en su vida y estaba de acuerdo con él. El pensamiento de sentir algo por el moreno le daba rabia y no podía negarlo, mas sabiendo cómo era el joven. El silencio no tardó en nacer, sus miradas se encontraban conectadas, los brazos del moreno creaban una barrera de la cual podría escapar fácilmente, sin embargo su cerebro no mandaba la orden de alejarse de él.

Sus cuerpos, su calidez, esa sensación de atrapar al moreno para envolverlo entre sus labios, le causaban malestar en su estómago; no sabía qué hacer en esos momentos y dudaba demasiado de su orientación sexual.

¡Mamá, Keith y Lance están de jotos!— Gritó una joven de al menos dieciséis años de edad, quien se había escabullido como un ninja a la habitación de ambos jóvenes, ocasionando que estos se alejaran de golpe al escucharla y verla en la entrada.

¡Charlotte!— Se molestó el moreno, mirando a su hermana menor para así dirigirse hacia ésta, quien corrió con una gran sonrisa en su rostro.

Keith no sabía cómo responder a todo lo que había pasado en menos de cinco segundos, únicamente tomó su chaqueta para abandonar la habitación y después la residencia, marchando al hogar de Shiro y dejando al moreno sólo en el lugar. La vergüenza y pena lo invadió por segunda vez y causada por una niña.

[ . . . ]

Lance había sido el último en llegar a la residencia de Shiro, sin evitar ver a Keith con la mirada perdida entre sus pies, sabía que ese momento había sido incómodo para él y no quisiera más problemas con el joven. Sin más, se dirigieron hacia el lugar en donde se llevaba a cabo la fiesta de esas jóvenes, cada uno se sentía más que nervioso al no saber qué hacer en ese tipo de convivios, si pudieran llamarlos de esa manera, ya que nunca habían asistido a uno.

— No hablen de cosas raras, por favor, realmente me agrada y me atrae Acxa.— Comentó Lotor, mirando a sus amigos de reojo mientras se acercaban más y más a la residencia de la joven, deteniéndose por unos momentos frente a ellos.— Shiro y Katie no se vayan para hacer sus porquerías , no es un lugar bonito para un momento especial. Hunk, bueno tú eres un amor, no tendré ninguna dificultad contigo. Keith y Lance no empiecen con sus cosas, sí pueden, pero en una habitación.

— No tengo ganas de estar con Lance, estaré solo, gracias.— Respondió Keith antes de que el moreno lo hiciera, cruzándose de brazos para después girarse en dirección a la residencia de la joven, entrando sin decir ni una palabra.

— ¿Qué le hiciste?— Preguntó Allura, mirando con extrañeza al moreno en busca de una respuesta concreta.

— Creo que lo volví gay...— Murmuró, mirando cómo el azabache caminaba y entraba al hogar, perdiéndose entre la multitud.— No era mi intención, sabes.

— Hay demasiadas cosas extrañas que suceden entre ustedes dos y no nos importa saber sobre sus cochinadas.— Comentó Allura, llevándose una mano hacia su cintura para después desviar su mirada hacia las personas, tratando de buscar con su mirada algún chico que le parezca atractivo para iniciar una conversación.— Bueno, vamos, no hay que hacerlos esperar, saben.

Las horas pasaron como si nada ante los jóvenes, la música no cesaba, el olor a esas bebidas alcohólicas aumentaba y algún que otro cigarro se manifestaba entre los pequeños y diversos grupos de jóvenes, Hunk y Allura se habían retirado mucho antes de tiempo al no tener cierta conexión con el ambiente que se había formado a través del tiempo, Shiro y Katie decidieron estar en el exterior con sus botellas de agua que habían agarrado de la cocina de la joven sin ser vistos, Lotor se ocupaba de sus asuntos con la joven y, por último, Lance y Keith no dejaban de mirarse mutuamente, no se alejaban del uno al otro sin dirigirse ni una palabra. Su conexión les incomodaba, pero no eran valientes para romper ese duro y frío hielo que habían formado, hasta que Keith decidió actuar, acercándose a la mesa donde había todo tipo de bebidas alcohólicas, tomando un vaso en donde combinó cada una de estas para después beberla, haciendo lo mismo cinco veces.

— Hey, hey, hey, ¿qué tratas de hacer? ¿Quieres sufrir una congestión o qué?— Se acercó rápidamente Lance al momento en que el azabache tomó dos botellas para alzar y dejar que su líquido cayera libremente en su boca.— Para, para, para.

— Quiero quitarme esté mal sabor de boca que me provocaste.— Se zafó del agarre del moreno, mirándolo con extrañeza.— ¿Y qué? De algo me tengo que morir, sabes.

— Eres un idiota.— Negó con su cabeza, dispuesto a dejar que el azabache siga hasta que llegara a su respectiva consecuencia, hasta que sintió que éste tomaba su muñeca con fuerzas, deteniéndolo.

Sin decir nada, Keith comenzó a caminar mientras traía consigo a Lance, no se quejaba ni siquiera le preguntaría para qué o dónde lo guiaba. Subieron las escaleras, dirigiéndose hacia la única habitación que se encontraba al fondo del pasillo, entrando, el azabache había puesto el seguro en la puerta.

— Ya me cansé...— Susurró el azabache, mirando a Lance con cierta tristeza para así acercarse a él, rodeándolo de los brazos de una manera en que ambos habían caído sobre el colchón.

— Eh... Keith...— Murmuró Lance, sintiendo cómo el joven dejaba varios besos en su cuello, elevando un poco su cabeza para permitirle un mejor espacio. No podía negarse, pero tampoco aprovecharse de su estado en ebriedad.

Keith no dejaba de pasar sus manos por el torso del moreno, siendo caricias suaves y con señales de querer algo más, sin embargo, un estruendo acompañado de gritos de los jóvenes hizo que se detuvieran, mirándose mutuamente.

— Pensé que no traías más amigos.— Alzó levemente la ceja el moreno, tomando al joven de los hombros con suavidad.

— Te iba a decir lo mismo.— Se levantó junto con el moreno, frunciendo su ceño al seguir escuchando estruendos, ya sean objetos estrellándose contra una superficie o la gente gritando, algo andaba mal en esos momentos.

— Keith, esto va en serio...— Murmuró, dispuesto a salir para saber los hechos que realmente ocurrían en la residencia, quitando el seguro de la puerta para así salir, caminando con lentitud hacia las escaleras siendo seguido por el azabache. Frunció su ceño, observando algunos jóvenes tendidos en el suelo, sentados, recostados, con demasiado temor y suplicando por sus vidas.— Mierda...

Pudo distinguir algunas de las personas de pasados conflictos que resultaban recientes, desviando su mirada hacia Keith, con lo miraba con rareza al no saber lo que ocurría realmente.

HOLAAAAAA, lamento la tardanza por actualizar unu
Espero que sus vacaciones de semana santa la estén pasando de maravilla y les haya gustado el este capítulo, ya hacía falta un poco de acción, jeje.

No saludamos en la próximo capítulo. ❤️

Playing At Being Heroes;; Klance [Alternative Universe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora