CAPITULO 3 LA NUEVA ALUMNA II

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La clase transcurrió normalmente, el profesor la presento como Geraldine, esperaba que nadie le cuestionara o sospechara algo, por suerte su apellido había sido manejado más secretamente desde hace años, el abogado se lo había recomendado a Olga, ya que el asesinato de sus padres no era para tomarse a la ligera y ellas corrían riesgo, por lo que su apellido que estuvieron usando estos años era Parker, solamente que en sus documentos seguían poniendo Pataki pero cuidaban el bienestar de ellas, por lo que la mayoría de las personas las encubrían.

Se dio cuenta de que Arnold, le observaba de vez en cuando sobre todo cuando dijeron su nombre, quizás él sabía que ella tenía ese nombre, no importaba, realmente lo que le importaba era su venganza, tuvo una idea y entonces dejo caer su pluma para que el la recogiera y no se equivocó, Arnold en automático lo hizo, esa rubia le causaba algo extraño pero sobretodo le recordaba a alguien, Lila miraba de reojo la escena molesta.

-Gracias –Dijo la rubia tomando su pluma y dando media vuelta.

-¿Cómo...disculpa, tienes otro nombre aparte de Geraldine? –Pregunto nervioso

-Amanda –Dijo la rubia sonriendo coquetamente -¿Cómo te llamas?

-Arnold Phill Shortman, es un placer –Dijo sonriendo dulcemente –Es un lindo nombre Amanda o ¿Prefieres Geraldine?

-No hay problema, como más te guste llamarme, Arnold –Dijo tomando suavemente la mano del rubio que estaba ofreciéndole, sonriéndole coquetamente y guiñando su ojo dulcemente

-Bien, entonces Geraldine –Dijo sonriendo aún mas

-Mi amor ¿Nos vamos? –Interrumpió la pelirroja tomándolo de la mano y provocando la ruptura de ese encuentro entre los rubios.

-Claro –Dijo molesto el joven -¿Vienes con nosotros, Geraldine? Seguro que debes estar nerviosa por el primer día de clases.

-Un poco... -Dijo la rubia tratando de ocultar su felicidad al provocar y ver que su venganza estaba marchando perfectamente bien. –Todos ustedes se conocen desde la preparatoria ¿No?

-Si ¿Qué tal es New York? –Pregunto amablemente el joven

-Es muy diferente a...aquí

-Si me imagino, es muy interesante todo esto pero debemos ir a almorzar y tengo hambre, Arnold

Lila estaba muerta de celos por cómo se estaba comportando Arnold, eso solo le subía la felicidad a la rubia, quien omitiendo una sonrisa malévola, puso cara de avergonzada. –Lo lamento, creo...bueno ya me voy

-Vas a almorzar también, ven con nosotros –Dijo el rubio sin preguntar realmente ni tampoco pedir la opinión de su novia

-¿Seguro? No quiero...incomodar –Dijo nerviosa

-No te preocupes, no incomodas ni nada por el estilo ¿Vamos?

-Si

El rubio salió al lado de la rubia sin prestar mucha atención a su novia, quien molesta los siguió rápidamente, tenía mucho coraje por cómo se portaba su novio que estaba más raro de lo normal y eso era mucho decir.

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En la dirección se encontraba un hombre mayor de cabello negro con canas más marcadas que hace unos años, ojos cafés oscuros, una mirada que intimidaba a cualquier persona, gordo y con un traje negro.

-Buenas tardes Señor...

-Como sea, espero que todo esté en orden porque quiero que mi hijo ya inicie las clases como todos los demás.

ENTRE EL AMOR Y EL ODIO SOLO HAY UN PASODonde viven las historias. Descúbrelo ahora