CAPITULO 8 ¿JUGAMOS?

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El no saber que tu estas ahí para mí, es algo que en mi corazón arde como lava cubriéndolo lentamente, es una agonía constante dentro de mi ser, una agonía que no se termina nunca, que simplemente va consumiéndome día con día.

¿Cómo poder seguir sintiendo esto, después de años? ¿Qué es lo que pasa? Tal vez...solo tal vez, el amor que sentía anteriormente sigue latiendo dentro de mi corazón...solo tal vez se disfrazó un rato en mi ser...pero ¿Cómo saberlo? El odio es el sentimiento que debería ser...el amor no cabe dentro de nuestro mundo...no por ahora...nunca más.

Aun no se...no lo comprendo aun ¿Porque este amor sigue tan presente en mi ser? ¿Porque aún vive después de tanto? ¿Cómo es posible? Este amor no se apaga, no termina y provoca la desolación de mi ser, provoca la eterna agonía y soledad, provoca el dolor constante...un dolor latente...un dolor que no se ya si... ¿Es por odio o por amor?...

A.P.S Y H.G.P

-¿Cecil? ¿Cómo...? ¿Que...?

-Primero saludagme Arnold –Dijo la rubia acercándose para darle un cálido beso cerca de la comisura de sus labios, provocando el sonrojo del joven, ella sintió una corriente eléctrica pero no le dio importancia, lo ignoraría.

-Lo lamento, pero....es que me sorprende verte aquí Cecil

-¿Porque?

-¿Tu dejaste esa nota en el viejo Pete? ¿Acaso tu...has estado marcándome...? Es que bueno me han estado...

-Pog supuesto que no Arnold... -Dijo sonriendo la rubia –A mí me enviagron esta nota –Dijo mientras sacaba el papel

"Mi querida Cecil;

Creo que es un buen momento para que puedas ver a cierto viejo amigo que algún día conociste, es muy amigo mío y deseo darle un poco de felicidad a su triste realidad y día, espero que se diviertan en el Chez Paris, sé que ahí fue donde se encontraron aquel San Valentín.

Anónimo"

-Pensé que habías sido tú, Arnold –Comento la rubia triste mientras baja la cabeza

-Lo lamento –Susurro Arnold –Pero ¿Cómo podría ser yo mismo...? Si ni siquiera tengo tu dirección, Cecil

-No te preocupes –Dijo sonriéndole –Sera mejor que me retigre –Comento mientras daba media vuelta pero...

-No, espera Cecil, por favor...no te vayas –Tomo la muñeca de la rubia antes de que terminara de dar la vuelta, ella le miro entre sorprendida y sonrojada por el atrevimiento -¿Quieres cenar, conmigo? Por favor –Le sonrió dulcemente –Además quiero saber...ahora...bueno me dirás ¿Quién eres ahora sí?

La rubia sonrió dulcemente –Tal vez –Susurro –Pero claro que me gustaría cenar nuevamente contigo

Arnold sonrió aún más y le ofreció su mano –Vamos

-Clagro

Ambos ingresaron a Chez Paris mientras alguien los miraba desde lejos.

Gerald quien también había observado la escena sonrió mientras los miraba –Creo que no me necesitara más –Susurro mientras daba media vuelta, pero entonces se encontró de frente con una joven rubia quien le miro y sonrió dulcemente.

-Hola

El moreno solo le miro confundido pero embobado por tal belleza que tenía enfrente, aunque algo le parecía familiar de aquella joven.

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-Bueno y ¿Qué les serviré esta nogche? –Dijo el mesero quien se encontraba ya a un lado de ellos

ENTRE EL AMOR Y EL ODIO SOLO HAY UN PASODonde viven las historias. Descúbrelo ahora