CAPITULO 5 LA CEREZA DEL COCTEL

82 8 0
                                    

Helga estaba en su habitación donde saco una pequeña cajita rosa, donde guardaba las fotografías de sus padres, también tenía algunos libros de poesía que había logrado rescatar de su antiguo hogar, así como un pequeño relicario. –Tonta Phoebe solo me hizo recordar...no siento ya nada por el –Cerro de golpe la cajita molesta y refunfuñando.

-¿Helga?

-¿Qué quieres, Olga?

La rubia se sorprendió un poco por el cambio de actitud que había tenido su hermana durante los tres días que tenían en Hillwood pero no quiso preguntar nada –La cena esta lista.

-Bien

La rubia perezosamente se levantó y se dirigió al comedor para cenar con su "pequeña familia" como solía decir Olga, pero para ella su familia había sido arrebatada de la manera más cruel y ahora solo le quedaba la venganza.

.

.

.

Arnold estaba con su "novia" últimamente el estar con Lila, se había vuelto una verdadera tormenta en un vaso, no entendía como había pasado años ya al lado de esa pelirroja, deseaba que en vez de Lila, Helga estuviera ahí, tranquila y feliz, con su familia que nunca hubiera pasado nada de lo que paso pero desgraciadamente él hubiera no existe.

-¿Arnold?

-...

-¡¿Arnold?!

-...

-¡Arnold!

-¡¿Qué te pasa Lila, porque gritas?! –Dijo el rubio sobando su oído, mientras volvía su atención al televisor, estaban viendo una película en casa de Arnold, en su habitación -¿Porque demonios gritas así?

-¿En qué pensabas? Estaba hablándote desde hace rato

-¿Enserio?

-¿No me escuchaste? –Lila estaba cada vez más molesta

-Yo...perdóname solo me distraje, ¿Qué decías?

-Quiero hacer el amor contigo –Soltó sin más preámbulos

Esto hizo que el rubio quisiera salir corriendo de su casa, sintiéndose verdaderamente incomodo de que Lila estuviera ahí en su cuarto a solas con él y lo que era peor, su familia no estaba y dudaba mucho que los inquilinos subieran hasta ahí si el gritaba.

-Yo...

-Por favor, solo déjate llevar –Murmuro acercándose peligrosamente al rubio sonrojado que simplemente cerro los ojos para no hacerle un desaire a la pelirroja, pensando que si la besaba ella se conformaría y no se molestaría, también esperanzado con que no insistiría más.

El beso comenzó suave y amable, como Arnold solía dárselos, pero ella empezó a demandar más y más, hasta que termino encima de él, acosándolo y besándolo apasionadamente, algo que el cuerpo de Arnold no le molesto pero tampoco se sentía bien, no de la manera que el esperaba que fuera para su primera vez.

-No...Lila –Dijo entrecortadamente

-Vamos amor, no me rechaces –Dijo la joven colocando las manos del joven rubio en sus pechos, algo que sonrojo aún más al rubio, quien siempre fue muy respetuoso con ella, pero al parecer ya no deseaba ella que siguiera así.

-Pero...

-Shhh –Volvió a besarlo más salvajemente, utilizando sus manos del joven como masajeador de sus pechos, mientras movía su cadera arriba de él, provocando la excitación del joven, pero...

ENTRE EL AMOR Y EL ODIO SOLO HAY UN PASODonde viven las historias. Descúbrelo ahora