[ ☕ ] Fase III [ ☕ ]

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Título
Entre lápiz y papel

Personajes
Bakugō Katsuki, Iwaizumi Mei (OC), Kirishima Eijirō, Asui Tsuyu, Mina Ashido, Tokoyami Fumikage (mención) y Sero Hanta (mención).

Ships
BakugōxMei, TokoyamixAsui y SeroxMina.

Advertencia
Cursi (?)

Palabras
3.036 (Sin ficha y sin nota)

Contrincante
KamiTv_83734

 

      Una, dos, tres

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      Una, dos, tres. Ya había perdido la cuenta de cuántas veces la pequeña manecilla del reloj giraba trescientos sesenta grados en el momento en que iniciaba su día.

      Siempre era lo mismo: despertar, servirse unas tostadas junto a un mocaccino, ir a patear culos de villanos, regresar a su apartamento, realizar informes y dormir para repetir aquel ciclo que parecía ser infinito para él. De vez en cuando salía con Kirishima por unas cervezas, «cosas de hombres», como él dice; pero aún así, aquel vacío en su interior no desaparecía.

      —¿Has hablado con Mei? —preguntó Eijirō dejando su vaso en la barra mientras fijaba su mirada en su amigo— ¿Le has escrito, por lo menos?

      —No —respondió el rubio ceniza viendo con fastidio su vaso lleno de cerveza. Ni una gota había tomado en toda la hora que habían estado en el bar. Sabía que si lo hacía, todos los sentimientos que retenía en su pecho se pondrían en su contra.

      —¿Y ella lo ha hecho? —Kirishima se atrevió a realizar una nueva pregunta, haciendo que el cuerpo del contrario se tensara, pero simplemente negó con la cabeza sin apartar la vista del objeto transparente- Entiendo que no quieras despedirte de tu orgullo al preguntarle si está bien, pero deberías hacerlo.

      —Cállate —contestó Bakugō dándose por vencido y bebiendo la mitad de su alcohol en cinco segundos—. Ella estará bien. No es débil.

      —Lo sé, —El pelirrojo dejó el vaso vacío en la madera de la barra y observó con pesar a su mejor amigo, pues este andaba en una especie de despecho al no tener a su novia junto a él— solo digo que podrías preguntarle cómo se encuentra, qué tal la misión... Cosas así para hacerla feliz.

      Bakugō no dijo nada, tan solo se quedó mirando un punto fijo en la estantería llena de distintos tipos de alcohol mientras varias imágenes de su vida junto a la castaña volaban por su mente. Se maldijo así mismo al darse cuenta de cuánto la amaba y disfrutaba estar junto a ella, aun cuando lo sacaba de quicio de vez en cuando. Nunca pensó que extrañaría aquella risa que le hacía doler la cabeza, las suaves caricias que dejaba en su despeinado cabello, las infinitas pecas que adornaban sus pómulos, la estúpida sonrisa de enamorado que ella le provocaba al escuchar uno de sus chistes malos o su actitud coqueta en sus noches íntimas.

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