En las próximas dos semanas anduvimos tonteando. Por lo general, en mi apartamento, aunque yo fui a su apartamento en el segundo fin de semana. Era pequeño, muy pequeño, pero limpio y pequeño.¿Ya mencioné que era pequeño?
Pero estaba lo suficientemente cerca de la oficina y a él parecía gustarle. Aunque en comparación con mi apartamento, el suyo estaba en el otro extremo del espectro de lugares para vivir.
Así que, en su apartamento o en el mío, pasamos tiempo juntos. Perdidos en conversaciones largas o largas sesiones de besos, siempre me parecía que no podía tener suficiente de él y tan desconcertante como lo fue para mí, parecía que él no podía tener suficiente de mí.
Aún así nunca tuvimos sexo. Bueno, no la relación sexual completa. Estuvimos cerca un par de veces, y era algo que claramente ambos queríamos, pero también era algo que nunca discutimos. Como si fuera un paso por el que estábamos demasiado asustados para dar.
En el trabajo, HanBin siempre fue un profesional. Se mantenía callado, aunque me di cuenta de su sonrisita de suficiencia de vez en cuando, pero nadie más, por lo que pude ver, sospechaba de nada.
Era jueves por la tarde cuando el intercomunicador de MinAh sonó.
—El señor Lee está aquí para verle.
—Gracias— contesté.
Él entró con unos bocetos y se sentó frente a mí. Miré los planos que tenía en la mano, sin entender por completo la situación.
—¿Qué son?
—Utilería— respondió —Por el bienestar de MinAh, tuve que venir aquí con algo.
—¿Y a qué debo el placer?— me reí de él.
—Bueno— empezó, y parecía nervioso —Sé que dije que iría esta noche, pero los chicos van a salir hoy y me pidieron que me uniera a ellos. Ha pasado un tiempo desde...
Lo miré, un poco confundido.
—HanBin, está bien. No necesitas mi permiso. Eres joven, debes salir.
—Es con DongHyuk.
Oh.
—Eso está bien— mentí.
HanBin era joven, él debía salir y disfrutar de su vida. No estar encerrado en un apartamento pegado a un viejo como yo.
—No sabes mentir ni una mierda— dijo rotundamente —Y sé lo que estás pensando. Solo porque soy joven y no salgo, no significa que no me guste pasar el tiempo contigo.
Me miró directamente, viendo a través de mí.
—Deberíamos salir más— admití.
—No, no deberíamos— contestó —No podemos y lo sabes— miró alrededor de mi oficina antes de volver a mirarme —Y eso está bien, JiWonnie. Me gusta lo que hacemos. Pero me gustaría salir con los chicos esta noche.
—Por supuesto— le dije con una sonrisa —Eso significa que no tengo que escuchar tu música de mierda esta noche.
Sonrió mientras se levantaba para irse.
—No, puedes escuchar tu mierda de éxitos de los años ochenta sin mí.
En su lugar opté por un poco de música clásica, sabiendo que HanBin lo odiaría y pasé la noche repasando algunos presupuestos conceptuales. Era tranquilo y encantador, pero algo me faltaba. HanBin faltaba. El ruido, el desorden, la conversación, los besos, los abrazos en el sillón.
Había pasado tres noches solo esta semana, así que no era tan diferente. Pero se suponía que era nuestra noche, y yo había estado esperándola.
Me metí en la cama, tratando de no pensar en lo diferente que mi vida se había convertido en cuestión de semanas, o lo que eso podría significar.
Finalmente me quedé dormido, pero el timbre del intercomunicador me despertó a la una de la mañana.
Me tambaleé hacia la sala y golpeé el intercomunicador.
—¿SukJin?
—Siento mucho despertarle, señor— dijo —Pero el señor Lee está aquí.
—Es la una de la madrugada— murmuré —¿Está todo bien? ¿Está herido?
—No, señor— respondió rápidamente SukJin —Él está borracho.
—¿Puedes dejarlo subir? ¿O debería bajar a buscarlo?— suspiré.
—Lo meteré en el ascensor por usted, señor.
—Gracias, SukJin.
Solo llevaba mis pantalones de pijama, salí al pasillo justo cuando el ascensor llegó. Las puertas se abrieron y HanBin estaba de pie, apoyándose, medio cayendo contra la pared del fondo. Golpeé el botón de las puertas, por lo que permanecieron abiertas, puse mi brazo alrededor de él y lo arrastré hasta mi apartamento.
—Lo sssiennnnntoo— dijo arrastrando las palabras y plantó sus labios en los míos —Eres tan sexy.
—Estás borracho— me eché a reír.
—Loooo... sssiento. Tenía que verrrtee.
—Está bien, HanBin— dije, caminando por el pasillo hasta mi habitación —¿Todo bien? ¿Tuviste una buena noche?— aunque seguro parecía que sí.
—Estuvo bien— dijo —DongHyuk sabe que estoy viendo a alguien.
Cayó sobre la cama y lo miré fijamente, incapaz de hablar.
—Tú no, porrrssssupuesto— murmuró, arrastrando las palabras.
—Oh.
—Quería saber con quién he assado passsaaaandoo mi tiempo— dijo rodando hacia un lado —Pero no le dije.
El corazón me latía al doble de tiempo, pero me metí en la cama junto a él. Se quedó callado por un rato y supuse que ya estaba dormido. Pero entonces volvió a hablar.
—¿Por qué... no tienes sexo conmigo?
Mi corazón saltó en mi boca,
—¿Qué?
Su mano me alcanzó a ciegas y ahora mis ojos adaptados a la falta de luz, me dejaron ver que me observaba.
—Hemos hecho todo lo demás, ¿por qué no eso?— preguntó con una voz pastosa —¿Acaso no me deseas?
—Muchísimo, no tienes ni idea de cuánto— apreté su mano.
—¿Entonces por qué?— su voz sonó con sueño y no demasiado coherente.
—Porque es algo de lo que ya no podríamos volver. Si hacemos eso...— le aclaré en voz baja —Si hacemos eso, lo que tenemos, lo que estamos haciendo, se convierte en algo más.
—Quizá quiero algo más— murmuró, y poco después su voz se calmó y empezó a roncar.
Me quedé mirando el techo hasta llegar la mañana, volviendo a sus palabras una y otra vez en mi cabeza, mientras que mi corazón trataba de convencer a mi cerebro de que también podría querer algo más.
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UP-grade ❀ Double B [iKON]
FanfictionKim JiWon es un exitoso arquitecto de Seúl que lo tiene casi todo. Declarado gay, pone fin a su matrimonio antes de cumplir cuarenta años, tenía que empezar a vivir su vida. Ahora, cuatro años después con la relación con su hijo de vuelta en el cami...