S I E T E

3.4K 409 48
                                    

CHERRY ESTABA confundida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CHERRY ESTABA confundida. Peter estaba actuando como si nada hubiera sucedido, pero de alguna manera eso era aún peor que si estuviera ignorándola. No entendía por qué. La culpa por guardarse lo que sentía la embargaba, pero no podía hacer esto sobre ella. No era el momento. Era el momento de Peter y su padre, y Cherry no podía arruinarle eso.

Cuando aterrizaron y bajaron de la nave, todos estaban maravillados con lo que los rodeaba. Había cascadas con agua cristalina, árboles verdes y plantas por doquier. Por el aire flotaban burbujas de jabón de todos los colores posibles. Todo era amplio y hermoso. Era demasiado.

Instintivamente, la mano de Peter buscó la de Cherry. Sin pensarlo, Cherry le dio un pequeño apretón recordándole que no estaba solo.

—Sean todos bienvenidos a mi mundo —exclamó Ego.

—Wow —jadeó Quill—. ¿Tienes tu propio planeta?

—Vamos, no es más grande que la Luna de la Tierra —respondió modestamente el hombre.

—Humildad —asintió Drax—. Me gusta. Yo también soy notablemente humilde.

Cherry suprimió una risita. De reojo, volteó a ver a su novio. Peter estaba con la boca abierta, observando todo con maravilla en sus ojos brillantes. Cherry ignoró sus problemas por un rato y sucumbió a sus instintos. Poniéndose de puntillas, le dio un sonoroso beso a Peter en la mejilla. Quill sonrió ampliamente, pasando un brazo alrededor de los hombros de Cherry Bomb y acercándola más a él.

Comenzaron a caminar hacia la entrada de lo que parecía ser la casa de Ego, aunque a Cherry le recordaba más a un palacio. En la entrada había una fuente que no se parecía a nada que hubiera visto. Simplemente no había palabras para describir todo lo que sucedía en ese planeta.

Gamora, por supuesto, no se dejó maravillar por el planeta tan fácil como el resto de sus compañeros.

—Tienes un planeta y puedes destruir docenas de naves sin un traje espacial —observó—. Exactamente, ¿qué eres?

—Soy lo que llaman un celestial, encanto —musitó Ego, casi divertido con su pregunta.

—Un Celestial, ¿cómo un Dios? —preguntó Quill, deteniéndose con Cherry a su lado. Tenía sentido, pero aun así se sentía como si no hubiera escuchado bien. No creía fuera posible.

—Con "d" minúscula, hijo. Al menos en los días en que me siento humilde como Drax —bromeó.

Cherry y Gamora compartieron una mirada. A ninguna les agradaba pensar en estar atrapadas en el planeta de un Celestial todopoderoso.

Subieron las múltiples escaleras doradas de la entrada, llegando a la puerta principal y observando a detalle el palacio de Ego. Tenía decoraciones intrínsecas en dorado adornando un largo pasillo que llevaba a una gran puerta de cristal. Cada ciertos metros había unas capsulas, esparcidas por el pasillo, de metal plateado reluciente. Los techos eran altos y con tragaluces.

SURRENDER | guardians of the galaxy vol. 2 [moonstone series #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora