SURRENDER | guardians of the galaxy vol. 2 [moonstone series #3]

N U E V E

—PUDISTE HABER sido una cantante en la Tierra —dijo Peter, solo para hacer reír a Cherry. Funcionó. Una risa a entredientes salió de sus labios, una sonrisa comenzando a formarse. Amaba ver a Cherry feliz.

—Cállate —rió Cherry, dándole un leve puñetazo en el brazo.

—Hablo en serio —insistió—. ¿No tomaste lecciones de canto cuando eras niña o algo?

Por un segundo, la sonrisa de Cherry se debilitó.

—No, no lo creo.

Hubo un tenso silencio antes que Peter decidiera romperlo.

—¿No te encanta este planeta? —exclamó, haciendo énfasis señalándolo con sus manos.

—He visto mejores —admitió Cherry. Peter pensó que estaba bromeando.

—Oh, vamos. Es precioso. Podríamos quedarnos aquí, tú y yo —Cherry frunció el ceño ligeramente, como si no entendiera lo que le estaba diciendo.

Peter tomó el rostro de Cherry, alzándolo para besarla, pero Cherry envolvió su mano alrededor de su muñeca, deteniéndolo.

—No creo que sea el mejor momento, Peter —susurró quedamente.

—¿Qué? Vamos, Cherry. Tú y yo somos como Sam y Diane, de Cheers. Tenemos nuestros momentos pero todos sabemos que somos el uno para el otro.

—Al final, Sam y Diane no terminan juntos —le recordó Cherry secamente. Peter frunció el ceño, soltándola.

—¿Estás diciendo que quieres terminar?

—¡No! —Exclamó Cherry—. No, no quiero terminar. Solo...

Peter esperó a que Cherry dijera algo, pero la chica se mantuvo callada. Finalmente, Cherry tomó aire, agachando el rostro.

—Peter, ¿podemos hablar de esto más tarde? Debemos concentrarnos en Rocket y Groot y... este lugar —lentamente, alzó la cara, pasando la lengua sobre sus dientes superiores en un gesto nervioso—. Hay algo raro con este lugar, Peter.

—¿De qué hablas? —Exclamó Quill, incrédulo, dando un paso atrás—. ¡Tú quisiste que viniera! ¡Tú insististe en que me metiera en esto!

—¡Lo sé! —replicó Cherry con el mismo tono de voz. Ambos estaban comenzando a enfadarse—. Pero no lo entiendes. Esa chica, Mantis, tiene miedo de algo.

—¿Por qué tratas de arrebatarme esto? —preguntó Peter, ésta vez sin molestarse en ocultar la herida en su voz.

—¿Qué? —Jadeó Cherry—. No estoy tratando de...

—Es mi padre. Es mi sangre.

—Tienes parientes en la Tierra y no volviste —le recordó Cherry mordazmente—. De hecho, te pusiste bastante a la defensiva hace semanas cuando sugerí que fuéramos.