e s c e n a - p o s t c r é d i t o / 2

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en la Tierra...

NINGÚN MAL puede acabarse completamente de raíz

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NINGÚN MAL puede acabarse completamente de raíz. El mal persiste. El mal busca una manera de sobrevivir. Se esconde por un tiempo, pero cuando pasa el peligro, vuelve a salir. HYDRA no estaba perdido.

—Se acabó —suspiró el científico, en una de las instalaciones de HYDRA—. Fury publicó todo.

—Todo lo que él sabe —lo corrigió su superior.

—Si se enteran de nuestro trabajo, que servimos a HYDRA...

Su superior comenzó a acercarse a él, sonriendo burlonamente.

—S.H.I.E.L.D., HYDRA... Dos lados de una moneda que ya no tiene valor.

Comenzaron a caminar hacia las pantallas, donde varios agentes trabajan. Todos, por supuesto, le servían a HYDRA.

—Lo que tenemos, vale más de lo que ellos creen —continuó diciendo, los ojos fijos en la fuente de poder. Frente a ellos estaba el centro que Loki había usado hace años. Poseía un poder inimaginable, incontenible... Y era suyo. El poder pertenecía a HYDRA, como siempre se suponía debía haber sido. Tenía en la punta una gema azul, la fuente de energía—. Apenas arañamos la superficie y ya... —su voz se extinguió, sus ojos iluminándose con soberbia—. Hay otras instalaciones haciendo el buen trabajo de HYDRA por el mundo.

Salió del laboratorio, su ayudante siguiéndole pisándole los talones.

—Se las daremos al Capitán América y a sus amigos pintorescos, y los distraeremos.

—¿Qué hay de los voluntarios?

—Los muertos serán enterrados tan profundo que ni sus fantasmas podrán encontrarlos.

—¿Y los sobrevivientes?

—Los mellizos —suspiró, anhelante. Frente a él, cautivos en dos celdas, aislados de casi todo estaban Wanda y Pietro Maximoff.

Ambos practicaban sus poderes encerrados en las cuatro paredes grises. Wanda movía cosas con su mente, mientras que Pietro corría moviéndose rápidamente, dándose golpes al no poder controlar sus poderes. Ambos estaban aprendiendo.

—Tarde o temprano, conocerán a los mellizos. Este ya no es un mundo de espías. Ni siquiera es un mundo de héroes. Es la era de los milagros, doctor —miró de reojo al otro extremo de la habitación—.  No hay nada más espeluznante que un milagro. Y nosotros contamos con el milagro más maravilloso de todos.

En una celda, encerrada, estaba Charlotte Hayne, aunque nadie parecía recordar su nombre en realidad. La llamaban Obscurum, y era la perfecta asesina.

Habían experimentado con ella desde que tenía seis años de edad, pero sus poderes ya los tenía desde que había nacido. Sus padres habían experimentado con ella y con su hermana incluso desde el vientre de su madre.

Obscurum parecía estar dormida, pero solo estaba fuertemente sedada. Su cabello negro descansaba sobre la camilla de metal, viéndose aún más inocente con los ojos cerrados. Después de todo, solo era una niña. No podía tener más de 13 años, y aun así, era de las armas más valiosas de HYDRA.

Wanda escuchaba la conversación discretamente, encerrada en su celda. Nadie sabía que ella podía escucharlos. La dejaban sola la mayor parte del tiempo, ignorándola mientras intentaba entender sus poderes. Sola.

Decían que era para su propia protección, pero ella sabía la verdad. Le tenían miedo. Estaban en su derecho. A veces, ella también lo tenía. Aun no controlaba sus poderes.

Era algo irónico que los mismos que le habían dado los poderes le tuvieran miedo.

A Wanda le agradaba.

Escuchó algo romperse, alejando su atención de su conversación. Inmediatamente volteó a ver a la fuente de origen.

Había sido la chica nueva, que había roto su taza de café, cayéndosele al suelo. Nadie le prestó mucha atención, pero Wanda no pudo evitar no hacerlo. Había llamado su atención hace unos días, cuando llegó. Nadie la conocía, solamente sabían que alguien superior la había asignado ahí. Nadie había hecho preguntas.

Era bonita. Eso era lo que más le había llamado la atención a Wanda, pero lo que retuvo su atención fue el odio en sus ojos. Odiaba a todos los que trabajaban ahí. Nadie se daba cuenta. Era buena, y trataba lo suficientemente amable a los demás como para no levantar sospechas, pero Wanda podía verlo.

Sus miradas cruzaron por un segundo. Wanda sintió su corazón detenerse un instante. Fue como si el mundo entero se hubiera detenido.

Y a partir de eso, todo fue en picada. 

🍒🍒🍒

si quieren saber más de esta historia, ya está publicado el primer capítulo de SACRIFICE (: 

SURRENDER | guardians of the galaxy vol. 2 [moonstone series #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora