10. Someone Like You.

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3 meses del accidente.

Era un día algo aburrido para Yolotl y Aristóteles. Se levantaron de la cama, desayunaron para después arreglarse, pues tenían una cita en la iglesia a las 10:30, tan sólo tenían media hora para llegar.

Tocaron el timbre, ella salió, al abrir se encontró con un hombre, de no más de 30 años, cabello castaño algo largo, vestía un pantalón negro, camisa blanca y saco negro.

—Hola, ¿aquí vive Aristóteles Córcega?—preguntó con una gran sonrisa

—Eh... Sí

—¿Y está?

—¿Quién eres?—cuestionó

—Ah claro, perdón, me llamo Bruno... Bruno Aguilar, soy hermano de Julieta  —extendió su mano para saludarla

—Oh... —tomó su mano.— Pasa—se hizo a un lado para que entrará— ¡Aristóteles, ven acá!

—¿Qué quieres? —salió del baño.

—Te buscan

—¡Ari! —saludó Bruno muy emocionado

—Hola—miró a su amiga

—Soy Bruno, hermano de Julieta —extendió su mano.

—Ah ya, sí me dijeron que vendrías —se saludaron de forma cordial

—No has cambiado mucho

—¿No? —miró las fotos pegadas

—No como yo imaginaría

—¿Y nosotros fuimos amigos o algo?

—Sí, fui tu tutor, no eras muy bueno en los estudios —rió al recordar esos momentos— Y pues si no quedo mal... Fuimos amigos, al menos así te considere

—¿Cuánto tiempo convivimos? 

—Como 1 año y medio o menos, la verdad no recuerdo.

—Si no entendí mal —se entrometió Yolo—me dijeron que querías formar parte de nuestra boda... ¿Así que en que aspecto?

—En cancelarla—dijo muy serio— Pero antes, una pregunta, ¿creen que soy guapo?

—Sí algo, no eres mi tipo, nadita, pero, para alguien sí —respondió la chica

—Tu vestimenta es muy interesante, eres... lindo, mucho para mi

—Sigues siendo el mismo, Aristóteles

—¿Eso es bueno o malo?

—Bueno, diría yo... Ok, se los diré sin rodeos —suspiró

—Si nos vas a decir que somos gays ya lo sabemos—contestó Yolo viendo sus uñas.

—Ay que bueno, ya estaba poniéndome nervioso. Se supone que les vine a recordar eso para que no se casen, porque me ofrecí a ser el padrino de la boda y no pienso gastar mi dinero en esta falsedad.

—¿Me vas a raptar?—preguntó Aris emocionado

—¡No!

—Oigan no me gusta interrumpir, pero podemos irnos ya a la iglesia

—Llegamos rápido, traigo carro, tu tranquila

—Me conviene —dijo mirando a su amiga quien sólo negó

Salieron del departamento, se dirigieron a la iglesia para las platicas que tenían que cumplir con asistir.

Mientras tanto, Temo estaba en la iglesia intentado rezar, le parecía algo ilógico, pero fue idea de la mamá de Susana, Crisanta, según ella, tal vez el acercarse a Dios lo podía hacer sentir mas liviano y sin tanto peso encima, le pareció una buena idea, hasta que llegó y no sabía que decir.

El corazón no olvida. |AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora